FIDELIO DESPRADEL
El 21 de enero del año 2004, Rafael Reyes (Pitifia), Napoleón Méndez (Polón), Germán Arias (Chanchano), y Fidelio Despradel, le dirigieron una Carta Pública al general (r) Elby Viñas Román, secretario de las Fuerzas Armadas del gobierno golpista del Triunvirato, la cual le fue entregada personalmente a dicho general, donde le decíamos, entre otras cosas, lo siguiente:

“El pasado 12 de enero, cinco de los sobrevivientes de la guerrilla denominada de “Manaclas”, donde fue asesinado Manolo Tavárez y sus 14 compañeros, pusimos a circular el Diario de la Guerrilla de Manaclas.

En dicho Diario queda evidenciado lo que es de conocimiento de una parte del pueblo dominicano: Que Manolo Tavárez y sus compañeros fueron tomados prisioneros, despojados de sus ropas (menos Manolo que se negó a ello), amarrados, acuchillados y rematados a balazos, delante de un grupo de campesinos que fueron arriados al lugar, “para que vieran cómo se mata a los comunistas”.

Otro de los sobrevivientes, compañero de Manolo, el doctor Emilio Cordero, en carta que le dirigiera al señor Rafael Herrera desde la solitaria de la Policía, unos días después de la tragedia, decía: “acuso al gobierno y a las tropas de la Fuerza Aérea Dominicana de haber asesinado cobardemente a mis compañeros”, agregando al final de esa carta: “Acuso al gobierno y a los militares de San Isidro de la muerte de esos compañeros”.

“Señor General: (continuaba la carta al general Viñas Román) para una abrumadora mayoría del pueblo dominicano Manolo Tavárez es un Héroe Nacional, no tanto porque una resolución de este tipo cursa actualmente en el Congreso Nacional, sino porque fue la máxima expresión de los valores, del ejemplo y de la práctica de la Generación Política más importante que ha habido en el país desde la Guerra Restauradora de 1863-65.

“Manolo dirigió las guerrillas constitucionalistas del 14 de junio, sabiendo muy bien los riesgos que corrían, él y todos(as) los participantes.

“En este sentido, nuestro único interés al enviarle esta carta pública, es la defensa de la verdad y contribuir, con nuestra acción, a que en nuestro país, la clase gobernante, que no es sometida a elecciones cada cuatro años, no siga lavándose las manos de los crímenes contra la patria que ha venido motorizando desde el ajusticiamiento de Trujillo.

“Nosotros sabemos, general Viñas Román, que el ejército que heredó el Triunvirato de Trujillo, no tomaba una decisión de la envergadura de asesinar en la forma que hemos descrito a una personalidad de la estatura de Manolo. Que sólo una orden “superior” podría explicar que un crimen de esta dimensión pudiera materializarse. Nosotros sabemos también que el día 19 de diciembre, el Triunvirato, a través del triunviro Manuel Tavárez Espaillat, leyó un discurso por televisión donde, entre otras cosas, decía: Es innecesario reiterarles que sus vidas y sus derechos serán religiosamente respetados (…).

“O sea, para asesinar a Manolo y sus compañeros en “Las Manaclas” tiene que haber habido una “orden superior”; una “decisión política”; una concertación entre personas que ocupaban altos puestos de dirección, no sólo en el gobierno sino en toda la sociedad, que pusieron en boca del triunviro Tavárez Espaillat la “carnada” antes mencionada.”

Más adelante, la carta pública continuaba: “El doctor Cordero Michel dice que unos días antes del asesinato (yo sé que fue el 17 de diciembre) hubo una reunión en el Palacio Nacional, donde se tomó la decisión. Entonces:

“Quiénes estaban en esa reunión? ¿Cómo y cuándo le impartieron la orden a usted? ¿Quién estaba por encima de usted en la jerarquía militar?”

La carta pública le decía el general Viñas Román lo siguiente: “Usted no puede responder con el silencio a este emplazamiento. ¡Se trata de un Héroe Nacional! ¡No hay un solo Héroe Nacional en toda la historia republicana dominicana, que haya sido asesinado, mucho menos en la forma como lo fue Manolo, sin que se sepa de dónde provino la orden de realizar esa afrenta a la Patria!” (Aquí termino la cita de la extensa carta).

Ahora digo yo: El general Viñas Román murió cuando los firmantes del emplazamiento nos aprestábamos a desarrollar una campaña, a nivel nacional, para forzar a una clarificación del asesinato del Héroe y compañero de lucha, Manolo Tavárez.

En este nuevo aniversario de su asesinato, muerto el general Viñas Román, yo emplazo al general Valdez Hilario, comandante de la segunda brigada, en Santiago, al general Ramiro Matos, comandante de las tropas que perseguían la guerrilla de Manaclas; a los miembros del gabinete en aquel entonces; al doctor Mario Read Vittini, a quien se le atribuye haber planteado la peligrosidad de Manolo vivo. Incluso, con todo el respeto que me merece y a nombre de la amistad y la comunidad de ideas que sostuvimos por muchos años, el doctor Juan Isidro Jiménez y yo, le solicito a sus familiares que nos aporten las informaciones que puedan tener sobre las discusiones que se realizaron al interior del gobierno de facto, antes y después del asesinato de Manolo, sobre este trágico tema.

Nosotros, los compañeros de lucha y de ideales de Manolo, no cejaremos en este esfuerzo.