PEDRO CORTO, SAN JUAN DE LA MAGUANA. Eso no se va a quedar así, no he muerto. Aquí hay hombre para mucho, prometió el ex capitán Quirino Ernesto Paulino Castillo en una de varias cartas que escribió desde prisión en el 2006 al administrador de la entonces productiva Hacienda Belkis Elizabeth, en referencia a personas que, según afirma, se aprovecharon de su apresamiento.
Las misivas, a las que tuvo acceso este diario, están dirigidas a Yamil Massi Valdez, a quien Quirino llama hermano. Se refiere a asuntos administrativos de la hacienda consistentes en pagos realizados y cobros pendientes.
Expresa disgusto con personas que, posterior a su apresamiento, dijeron que él (Quirino) les debía dinero, sin ser cierto. Sobre esas personas le precisó a Massi que eso no se quedaría así y le instruía sobre la existencia de recibos que avalaban algunos pagos.
Además expresa el sentimiento de disgusto y dolor que entonces le embargaba, por hermanos biológicos que a esa fecha ni siquiera le habían enviado un saludo.
Usted, sin ser de mi sangre, es más que un hermano. Cuídese y cuide su salud, que ya yo estoy mejor, le expresó a Massi.
En su despacho. Los escritos reposan en las gavetas del escritorio de Quirino, en el que era su despacho en la citada hacienda.
A pesar de que la utilizó hasta diciembre del 2004, cuando fue apresado por el cargamento de 1,387 kilos de cocaína, en su oficina aún permanecen sus pertenencias.
El caballo, identificado como el símbolo de Quirino, figura en una porcelana y en una pintura, mientras que varios ejemplares de vacas Holstein de la hacienda aparecen en fotos como recuerdo de premiaciones.
En el escritorio, desordenado por el paso de varias personas por allí, reposa un organizador en mármol, una placa de reconocimiento familiar, cajas con tarjetas de presentación y algunas piezas de porcelana rotas, supuestamente por las autoridades de Control de Drogas (DNCD), durante las búsquedas posteriores al apresamiento del El Don, como era conocido en la zona Sur.
El despacho pertenece a un apartamento estudio del que forma parte un área de estar, aún decorada con motivos navideños; un área de bar con botellas vacías y algunas copas y su habitación: allí hay alrededor de siete piezas de ropa, unas botas y ropa interior. También un juego de habitación rodeado de cortinas en blanco y amarillo, que hace juego con la ropa de cama. Actualmente es el dormitorio de uno de los 12 agentes que custodian el lugar.
Una ruina
Mientras que en los últimos días ha cobrado fuerza el debate sobre el valor y la distribución de los bienes entregados al Estado por el ex capitán Castillo Paulino mediante acuerdo, la otrora esplendorosa Hacienda Belkis Elizabeth se consume entre telarañas, hierba y polvo.
Las maquinarias en que se ordeñaba a casi tres mil vacas, los vehículos y otras herramientas de trabajo oxidadas por el deshuso se han convertido en guarida de avispas, abejas y otros insectos.
La escuela es un barracón
Una escuela construida por Quirino para los hijos de los más de 60 empleados que se dice trabajaban en la hacienda está habitada por tres familias de haitianos.
A medio construir quedó un casino bajo el que se hizo una cisterna con capacidad para 200 mil galones, que en la actualidad está llena de agua verde con lama.
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Próximo a la hacienda hay una extensión de casi 600 tareas cuadradas sembrada de lechosa, lugar cuidado por haitianos pero en descuido. Mientras, una secadora de arroz está siendo utilizada para envasar productos de maíz. En este lugar también habitan haitianos.
Todas las vacas se enfermaron
De las 2,400 vacas que había en la hacienda Belkis Elizabeth no queda ninguna. Según informaron personas ligadas a la administración que siguió a la incautación, los animales adquirieron tuberculosis y fueron vendidos para consumo muy por debajo de su precio de origen. De 50 ó 60 mil pesos que costaban, fueron vendidos a 18 y 16 mil, según las condiciones.
La hacienda estuvo funcionando hasta el año 2006 en manos del Estado. En sus buenos tiempos tenía una producción que rondaba los 14,500 litros de leche diarios, pero al enfermarse las reses, raza Holstein, fue cerrada.
Debate bienes
La hacienda Belkis Elizabeth tiene una extensión de 800 tareas y es la propiedad más importante de los bienes cedidos al país por Paulino en el acuerdo al que llegó con las autoridades estadounidenses ante su acusación por narcotráfico. El acuerdo llega a US$14.5 millones.
La Procuraduría está en proceso de tasación para conocer el valor real de los bienes previo a la subasta, mientras que los abogados de Paulino Castillo persiguen que les sea devuelta la diferencia del dinero, en caso de que en la nueva tasación el monto supere los US$14.5 millones señalados inicialmente.
De escuela a barracón
En el lugar donde antes había una escuela para los hijos de los trabajadores dentro de la hacienda, ahora residen tres familias de haitianos. Una de las aulas es usada como cocina común de los que allí habitan.
Habitación de Quirino
En la habitación que poseía Quirino Ernesto Paulino, conocido en la zona como El Don, se pueden observar algunas de sus pertenencias como camisas, pantalones y ropa interior. Posee cortinas amarillas y blancas.
El despacho
En el lugar donde funcionaba su despacho hay documentos de la finca, tarjetas de presentación, detalles en mármol, 15 trofeos ganados por la hacienda y varios detalles con figuras de caballos.