Quisqueya: tierra en donde
habitaban fenicios y cananeos

Quisqueya: tierra en donde<BR>habitaban fenicios y cananeos

POR  JEAN GHASMANN BISSAINTHE
Fue alrededor de los años 5000 y 4000 A.C. cuando un grupo de hombres de origen cananeo, de raza y lengua semita procedente de Arabia, actual mar de Omar emigraron hacia las costas septentrionales sirio-libaneses entre 1.100 y 700 A.C. durante el apogeo del imperio asirio.

Para los historiadores clàsicos, los fenicios eran descendientes de los Cananeos quienes  son ancestros de los palestinos antiguos (hebreos  y son estos últimos los que fundaron la ciudad de Jerusalén aproximadamente en el siglo VIII a.C. Indudablemente, la cultura fenicia fue una de las civilizaciones màs antiguas. Se les ha llamado con mucha propiedad ‘’recaderos del mundo antiguo’’. Su habilidad marinera suscitó una gran admiración y envidia de los pueblos vecinos. Su profundo conocimiento del mar les permite ir a buscar metales útiles como el cobre y el oro en los lugares más apartados del mundo de los cuales se hacía gran consumo en la corte de Faraón y Babilonia. Por su poderío naval llegaron a tener cuantiosos recursos para constituir flotas, costear expediciones comerciales y explorativas. En el año 2.600 A.C, el Faraón Sakhuré compró a los fenicios, 40 barcos con cedro del líbano. El pueblo fenicio se estableció en el actual Líbano y la costa de Siria, una serie de tribus que hablaban lenguas semíticas. Los asentamientos fueron creciendo  en pequeñas aldeas de pescadores en la costa hasta convertirse en ciudades comerciales como Biblos, Sidón y Ugarit. Un monarca al frente de cada ciudad defendía sus intereses frente a otros Estados poderosos de la época como Egipto, Babilonia y Asiria. Se cree que el rey Salomón de Israel, en el año 950 a.c. mandó a los fenicios en una misión comercial al mar rojo, en la que posiblemente llegaron a la Costa del sureste de la India (lugar en que la influencia fenicia ha sido probada). En España, ellos fundaron la ciudad de Gadis, en la costa Atlántica de España, ciudad conocida en la actualidad como Cádiz. Fuentes bíblicas asocian al Rey Salomón con operaciones marítimas en el mar rojo y en sitios alejados con expediciones y barcos construidos por fenicios que salían desde Ezión_Geber a Ofir. (1 Reyes 26-28). En tiempo de Salomón, el golfo de Aqaba se denominaba Ezión-Geber. Ofir es identificado como la tierra de Punt, a lo largo de la costa este de Africa. El oro tenía una gran importancia en las importaciones de Ofir. Gran resonancia tuvieron en las antigüedades los viajes de exploración con fines comerciales efectuados por los fenicios en búsqueda de metales preciosos y de mercados remunerativos. No es sin razón que Colón sustentó hasta su muerte que la Española era el país de Ofir donde el rey Salomón suele cargar sus barcos de oro para su templo en Jerusalén. Una carta del Almirante dirigida a los Reyes estampa estas palabras: ‘’Ni a decir cosas que usaran grandes Príncipes en el Mundo para crecer su fama, así como Salomón que envió desde Hierusalem en fin del Oriente a ver el monte Sophora, en que estuvieron los navíos tres años, el cual tienen Vuestras Altezas agora en la isla Española’’. Ese monte Sophora es la versión que los setenta sabios de Alejandría daban a Ofir. En el diario de su primer viaje Colón articula que quería encontrar el Gran Khan o al imperador de China de quién Marco Polo había dejado un retrato inolvidable. En sus palabras: ‘’Estoy determinado de ir en la Tierra firme y en la ciudad de Quisay y presentar a sus Altezas cartas del gran Khan’’.

El investigador  Pierre Carnac sugiere también una conexión  directa entre los judios y los habitantes de Haití (taínos). Según él, lo extraño es que Colón veía en las minas de Veraguas (provincia en el centro de Panamá que limita al mar Caribe) la fuente de oro del Rey Salomón quién considera a los haitianos como los últimos descendientes de No钒.

  Según el geógrafo romano del siglo I d.C Pompinius Mela ‘’Fenicia fue ilustre y los fenicios era una raza de hombres hábiles y dotados para los oficios de la guerra y la paz; ellos inventaron las letras y obras de arte como recorrer los mares con  naves. Combatir sus escuadras y gobernar a los pueblos así como el despotismo y la guerra’’. De su lado, el historiador griego Plutarco refería a los fenicios en esos términos: ‘’Hay un pueblo cortés y lleno de rencor, sumiso a los dominadores, tiránico con los que dominan, abyecto en su medio feroz, cuando es provocado, firme en sus propósitos y tan estricto como contrario a todo humor y gentileza’’.

   Según la màs antigua tradición, los primeros judíos deberían llegar a España en aquellas naves de Salomón que, junto con los fenicios de Hiram comercializaron con Tarsis, esas naves de Tarsis en las que según la tradición bíblica y las creencias de los cristianos, se embarcó el profeta Jonas. Los estudiosos se han dividido entre admitir la identidad de la Tarsis con el Tartaso griego y rechazarlo. Razones fundamentales para lo primero eran  el evidente y claro sentido que en el Antiguo Testamento tiene Tarsis como el punto más alejado a donde iba el comercio fenicio. De allí, se puede observar que la palabra ‘’sepharad’’ tiene su raíz en la Biblia y, en nuestro estudio, hemos expresado como otros colegas que ese vocablo significa ‘’lejísimo’’ mientras que  el historiador Esteban Deive nos desmiente al decir que se refiere a los judíos de España. Aún cuando fuera verdadero el argumento del historiador español, la tradición revela que la llegada de los judíos a España tuvo lugar tras la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor en el año 587 a. C. Con esas informaciones, es más razonable suponer que esa gente venía de un lugar lejano para constituirse en los primeros asentamientos judíos en la Península Ibérica. Eventualmente, después de la segunda destrucción del templo por Tito en el año 70 a.c, la prospección permitió datar la presencia fenicia en las costas andaluzas con factorías comerciales y metalúrgicas. Como dice el historiador Luis A García Moreno: ‘’Las primeras colonias fenicias en las costas andaluzas pueden ser el testimonio del profeta Isaías en la segunda mitad del siglo VIII a.C.’’.

   En 1851, el investigador britànico Schomburgk visitó las montañas del Cibao, en la Española, como fueron llamadas en aquella época, entrando por el camino de Jarabacoa en el valle de Constanza. Allí, descubrió largos trabajos en la tierra hechos por los aborígenes, con paredes de cien pies de altura y seis pies de alto y piezas en piedra ajenas a esa región. El continuó atravesando la Cordillera Central en la cuenca de la Maguana. Cerca del pueblo de San Juan, visitó el cercado de los indios, lo cual él midió y le dio una conferencia de 2.270 pies, formado de granitos pesando 30 a 50 libras que fueron apilados para dar la apariencia de una carretera de 21 pies de largo. Dos décadas más tarde, William Gabb realizó un estudio profundo en arqueología y geología y concluye admitiendo la existencia de un pueblo antiguo en la Cordillera Central, particularmente en Constanza. En sus palabras: ‘’De los restos encontrados, es evidentemente en el lugar la existencia de un antiguo pueblo aborigen’’.

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