El quiste radicular es benigno, varía en tamaño y ubicación, y es el más común de los que se presentan en la cavidad oral. Si está situado en el área de alrededor de la raíz dental se puede confundir con una lesión periapical de origen infeccioso.
En el diagnóstico de ambas lesiones, la historia clínica, la experiencia del profesional de la salud oral y el estudio radiográfico juegan un papel determinante. Características como el tamaño y la ubicación de ambas lesiones son parte importante en el pronóstico y plan de tratamiento.
El quiste es una pequeña bolsita llena de líquido o una sustancia un poco densa, la cual puede estar infectada o no; sin embargo una lesión periapical de origen pulpar es infecciosa.
El plan de tratamiento va a variar dependiendo de las condiciones y características propias de cada caso y paciente. En más de una ocasión será necesario realizar una endodoncia, y la misma debe ser ejecutada por un profesional capacitado.
La pulpa dental es el nervio del diente, es decir, el tejido que le da las características de sensibilidad y dolor. Una vez es afectada, ya sea por un trauma o caries, es una pulpa infectada, por lo que debe ser extirpada y realizarse el tratamiento endodóntico.
La presencia de un proceso infeccioso periapical implica que el tejido pulpar está infectado y necrótico, sin embargo no es así cuando se está ante el diagnostico de un quiste.
El tratamiento endodóntico se va a realizar en una o varias citas, ese plan de tratamiento depende de diferentes variables y lo determina el endodoncista junto al paciente. Luego de finalizado este, se debe reconstruir la pieza dentaria.
Ambas lesiones afectan el tejido que está alrededor del o los dientes involucrados, especialmente ocasionando pérdida ósea. Este factor debe ser tomado en cuenta para la planificación del tratamiento a seguir.
En ocasiones es necesario colocar hueso en el área con el objetivo de acelerar la recuperación y garantizar la permanencia de la pieza (o las piezas) en la boca.
Los principales signos y síntomas de una lesión periapical son: mal aliento, variación en el sentido del gusto, abultamiento en el área radicular de uno o más dientes, molestia a los cambios térmicos, dolor espontáneo o al masticar, entre otros.
El quiste en sus inicios no presenta signos y síntomas, en ocasiones -y con el transcurrir del tiempo- pueden provocar molestias, dolor y desplazamiento dentario. El tratamiento a realizar es la eliminación del mismo.
Un quiste dental puede ser diagnosticado en su primer estado gracias a los estudios radiográficos; de aquí la importancia de la visita periódica a su odontólogo.
Ambas lesiones, luego de diagnosticadas no deben permanecer en boca; en el caso de los quistes deben ser eliminados.
El plan de tratamiento varía de un paciente a otro y va desde la receta de medicamentos a una fase quirúrgica.
Recuerde, tanto la prevención como un tratamiento en el preciso momento evitan complicaciones. ¡Consúltenos!