Acabo de tener una extraordinaria experiencia en Quita Sueño, distrito Municipal de Haina, en donde una iglesia local reunió a los principales candidatos a síndico y a regidor, en un encuentro en el cual se les propuso a los candidatos, en presencia de educadores, empresarios y de demás líderes religiosos y comunitarios, que se realice un pacto de honor para que quienes fueren los escogidos en los próximos comicios, se aboquen a cumplir con las grandes tareas que debe acometer la comunidad local. Esto es, a partir de iniciada la nueva administración del cabildo de Quita Sueño, el cual será estrenado en esta ocasión, toda vez que este lugar acaba de ser convertido en distrito municipal. No podría ser más inteligente y oportuna esta iniciativa del pastor de la Primera Iglesia Comunitaria de la Cristianización, Samuel Comprés. Durante esta convocatoria, a la cual asistió un considerable número de ciudadanos, me tocó impartir una charla sobre “Liderazgo y responsabilidad ciudadana, y el papel de los creyentes en el desarrollo local”. Acto seguido se procedió a presentar un inventario de temas, problemas y asuntos prioritarios de Quita sueño. Entre los temas, se hizo clara la necesidad de establecer como asunto primordial el convertir a esta comunidad de Haina en una “zona libre de contaminación”, habidas cuentas de que todo el municipio de Haina ha sido declarado como uno de los lugares más contaminados del mundo.
Nos llamó grandemente la atención el entusiasmo de los participantes en cuanto a que todas las iglesias, católicas y evangélicas, y todo el liderazgo político, empresarial y de toda especie hagan dicho compromiso, en un momento en que la campaña electoral entra en su etapa definitiva. Iniciativa perfectamente replicable en todos los municipios del país, estando en el momento preciso.
Las iglesias deben dar ese primer paso, ya que estas tienen suficiente credibilidad y autoridad moral para ello, y suelen, además, estar libres de prejuicios partidarios; aparte de la solemnidad y respeto que imponen los templos religiosos, por pequeños y poco elegantes que estos sean.
Esta reunión de Quita Sueño se llevó a cabo sin ningún tipo de desavenencia, aunque no era una convocatoria para debatir, sino principalmente para presentar los problemas más sentidos, hacer énfasis en los recursos existentes, y en lograr un compromiso en presencia de un liderazgo legítimo y respetable de parte de la comunidad así y allí representada en sus mejores ciudadanos y ciudadanas, encabezada la misma por gentes libres de toda sospecha.
Hay tiempo suficiente para que en los pueblos y áreas rurales con por lo menos nivel de distrito municipal, pero con mayor razón en los grandes municipios, el liderazgo local se movilice con el auxilio de las iglesias, para presentar sus pliegos y propuestas, y obtener el mayor apoyo posible de los candidatos y los partidos. El Espíritu Santo habrá de darle mayor luz y sentido de justicia y equidad a ese esfuerzo colectivo.
Nos regocijamos, y felicitamos a la comunidad de Quita Sueño y le deseamos nuevas y mayores bendiciones.