Quizás no la inmortalidad

Quizás no la inmortalidad

Snayder Santana

La inmortalidad como la entendemos es un espacio que se crea en la subjetividad colectiva, un espacio imperecedero en el imaginario de los pueblos, acceder a este está reservado para mujeres y hombres que entregan su vida a una causa en la que creen y por la que luchan en muchas ocasiones hasta entregar su sangre y su vida.

Consagrarse en la lucha por una causa en la que se cree pasa por entender el compromiso de sacrificar la vida si es necesario,  no solo en plano físico y literal del concepto vida o del modo de entregarla pues no siempre es en combate, derramando sangre o pereciendo en un proceso bélico, sacrificar la vida implica en muchas ocasiones  una dimensión económica, profesional, espiritual y familiar, se traduce en anteponer lo colectivo frente a lo individual, y así se va la vida en ello.

Jesús Adon, 40 años de militancia revolucionaria. Quizás no la inmortalidad en su sentido literario, pero si un espacio en  las páginas históricas del movimiento social y político dominicano. 40 años ininterrumpidos trabajando por la revolución dominicana y quiso la muerte reservarte esta fecha para   marcar sobre la sangre derramada de nuestros antepasados tu nombre, que adquiera el 12 de octubre un nuevo significado y una nueva recordación a todos los y las que te conocimos.

Quizás no la inmortalidad, pero si toda una vida coherente de militancia en las mejores causas del pueblo, en cada jornada dejando un poco sí y convencido de estar en lo correcto pues “en la lucha del pueblo nadie se cansa ” y para ti eso significo más que una consigna.

Te vas ahora en octubre camarada Jesús, en un octubre rojo y bolchevique en medio de la conmemoración de los 100 años de esa revolución que era tu norte y que alentaba tu accionar revolucionario en cada proceso de lucha, ya por salarios dignos para las y los trabajadores, ya por libertad sindical, por la educación pública y de calidad, ya fuera contra la corrupción y la impunidad  o por pensiones dignad para los cañeros, sin  importar el motivo del proceso de lucha ahí estabas firme, templado y disciplinado, siempre de cara al sol.

Quizás no la inmortalidad camarada,  pero  lograste tallar tu nombre en el imaginario de la lucha popular y lo hiciste con el compromiso y practica asumidos por largas décadas de tu vida, siempre con una sonrisa y una disposición inquebrantable para el trabajo. Tallaste tu nombre camarada en la tabla de la solidaridad más allá de la palabra pues en ella hiciste praxis y hoy nos dejas un hermoso legado.

Hoy tu partita de transfigura en reto para los que militamos a tu lado, pues mientras quede un halito de vida en nuestro ser evocaremos tu nombre y seguiremos tu ejemplo, estarás en cada nueva jornada en nuestros puños y corazones, hasta siempre camarada Jesús Adon.

Vayan estas líneas con amor, respeto y admiración a un boludo comunista, amigo, compañero y camarada.

Más leídas