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Santo Domingo, (EFE).- Decenas de comunidades incomunicadas, miles de personas refugiadas y 17 provincias aún en situación de alerta es el cuadro que se observa en República Dominicana cinco días después del paso por la costa norte del país del huracán «Irene», que enfila sus vientos hacia Estados Unidos.
Los torrenciales aguaceros traídos por el fenómeno causaron el desbordamiento de ríos, arroyos y cañadas en varios puntos de la nación, así como el derribo de puentes y reducido en un 50 % el suministro de agua a la capital, Santo Domingo. El último boletín del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) precisó que 18.162 personas se encuentran refugiadas en todo el país, entre ellas más de cuatro mil en albergues oficiales.
Las cifras oficiales incluyen la destrucción o inundación de 6.211 viviendas en la provincia de San Cristóbal (sur), donde murieron dos personas arrastradas por ríos desbordados. Imágenes difundidas por la televisión local muestran a decenas de refugiados clamando por la ayuda oficial y exigiendo la reparación de puentes y caminos, así como solicitando el suministro de alimentos y frazadas. El COE, en tanto, refirió que ha dado asistencia humanitaria a más de 16.000 personas, a quienes ha abastecido de paquetes de higiene, mosquiteros y mantas.
El organismo informó que entre las comunidades incomunicadas se cuentan Los Talaos, Chirino, Mata los Indios y Batey, en Monte Plata (sureste); Villa Rivas y Juana Rodríguez, en la provincia Duarte (noreste); además de Peralta y Las Yayas, en Azua (sur). Las provincias de San Cristóbal y San José de Ocoa (sur) se mantienen en alerta roja, y esta última ha sido declarada en emergencia debido al derribo de puentes y la inundación de amplias plantaciones de víveres y hortalizas.
Las autoridades meteorológicas locales han anunciado que el tiempo empezará a mejorar sustancialmente a partir de mañana, aunque advierten sobre la saturación de los suelos que han provocado las lluvias en varios puntos del país caribeño.
«Irene», el primer huracán de la temporada del Atlántico, causó la muerte de tres personas en República Dominicana y de otras dos en Haití a su paso por las costas norte y noreste de la isla La Española que comparten ambas naciones. Luego, el fenómeno descargó su furia contra islas Turcos y Caicos y las Bahamas, y se espera que hoy en la noche se acerque a Carolina del Norte.
El ojo del huracán estaba localizado a 425 kilómetros al sur-suroeste de cabo Hatteras, en Carolina del Norte, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, que ha emitido un aviso de huracán (paso del sistema en 36 horas) desde Nueva Jersey, Nueva York y hasta la costa de Massachusetts, incluyendo las islas de Martha’s Vineyard y Nantucket. EFE
