Racismo en Europa y en RD

Racismo en Europa y en RD

El racismo y la xenofobia tienen en estos momentos resurgencias inquietantes en Europa. No es casual, Europa está en crisis económica: la fuga de capitales provoca desempleo y sentimiento de exclusión, además de las políticas (tanto de gobiernos socialdemócratas como conservadores) y medidas neoliberales implementadas que liquidan activos y conquistas sociales en todos los sectores de la economía. Recortes, impuestos, desempleo con vida cara no son justificables en esos países que además se enfrentan a las masivas olas de migrantes, incontenibles e incontrolables, desde África. La derecha y la ultraderecha se alimentan de esa situación de desesperación, resucitan viejos demonios que se pensaban enterrados: la culpa es del más “oscuro”, de “ese que entra ilegal” de ese ser diferente que es acusado de todos los males y que evidentemente es el más pobre. El racismo se alimenta de la ignorancia, del miedo al futuro y de la no comprensión de las situaciones que provocan esas olas migratorias: por eso, ganan elecciones.

La ultra derecha europea se alimenta de esa situación: el líder de extrema derecha alemán, Christian Worch, anunció la fundación en Alemania de un nuevo partido neonazi denominado “Los derechos” y luchará por “la preservación de la identidad alemana” y “cero tolerancia a los extranjeros” y la “protección de la nación de un ataque”. Peligrosa situación que muchos miran indiferentes. En Suecia la formación de Akesson ha conseguido un hueco en el Riksdag, apelando a la problemática de la inmigración. En Inglaterra, el partido ultraderechista UKIP liderado por Nigel Farage ha registrado un espectacular progreso al pasar de 8 a 147 electos (+139). Su campaña se ha basado en el discurso anti europeísta, xenófobo y homófobo. En Francia, el candidato del Frente Nacional (FN, ultraderecha), Laurent López, de origen español, se impuso en las elecciones cantonales de Brignoles (53,9%) en el sureste de Francia, un resultado que muestra la pujanza de ese partido a medio año de las elecciones municipales y europeas. La semana pasada, una encuesta revelaba que con el 24% de los sufragios, el FN sería la fuerza más votada de las próximas elecciones.

Esa situación no conviene al mundo y menos a República Dominicana. El clima que se fomentó a raíz de una discutida decisión del Tribunal Constitucional, recuerda efectivamente el que prevalece en Europa, que lleva a la irracionalidad, al fanatismo y conlleva un peligro real.

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