Tras casi dos semanas alojados en la cárcel del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, ayer fueron conducidos a sus residencias Radhamés Segura y Roberto Rodríguez para cumplir el arresto domiciliario que le fue impuesto por nueve meses, por su supuesta vinculación en los sobornos que la empresa brasileña Odebrecht admitió pagó en el país para conseguir obras.
Estos dos exfuncionarios son los primeros de los 10 a los que se le impuso medida de coerción en salir de la cárcel del Palacio de Justicia al destino donde cumplirán la prisión.
Fue entradas las 4:30 de la tarde cuando bajo una fuerte custodia policial fueron conducidos a los vehículos que los llevarían a sus residencias. Desde el miércoles se les ordenó arresto domiciliario.
Antes les había ido a recibir el director del Nuevo Modelo Penitenciario, Ismael Paniagua, para enviarlos con una autoridad, según informó, quien le hablaría de las condiciones de este medio libre.
A su salida ninguno pronunció palabra pese a los cuestionamientos de los miembros de la prensa.
ambos fueron recibieron prisión domiciliaria por padecimientos de salud.
Ayer se esperaba el traslado de los demás acusados a los que el magistrado Francisco Ortega les impuso prisión preventiva de 12, 9, 6 y 3 meses a cumplir en la cárcel modelo de Najayo y la Penitenciaría Nacional de La Victoria.
La demora en la entrega del dispositivo de la sentencia habría retrasado el envío a los penales, aunque vinculados a los imputados dicen se esperan que las las celdas sean acomodadas.
En La Victoria. Contrario al pasado jueves, cuando la Penitenciaría Nacional de La Victoria estuvo muy concurrida de familiares y asistentes del imputado Ángel Rondón Rijo, ayer no hubo el mismo ajetreo en el área donde se supone se le habilitó una celda donde pasará 12 meses de prisión preventiva.
Durante la mañana varios camiones llegaron con cargamentos de comida cruda y agua, para suplir los negocios que están en el interior del recinto.
En la tarde, varios jovencitos que juegan béisbol en el play que está al frente de la cárcel se sentaron en la acera a esperar al empresario Rondón para pedirle, según dijeron, que aporte para reparar el área de juego y comprar uniformes, bates y pelotas.
Otras personas que estaban en el lugar comentaban, entre otras cosas, que una persona con su condición económica debería hacer una labor social y pintar la cárcel.