Radiografía de China

Radiografía de China

UBI RIVAS
Enmarcada en una acción audaz, el presidente del Partido Nacionalista Kuomintang (KMT), Lien Chang, que fundara el generalísimo Chiang Kai-Shek, realizó el 29 de abril último una visita sin precedente a Pekín, la primera desde que el generalísimo Chang abandonó el continente expulsado por las hordas comunistas de Ma Tse-tung, en 1949.

Chang, un veterano político de 68 años que una vez padeció de un tic nervioso en la vista, ya corregido, y a quien conocí en la visita que hiciera a Taiwán en 1995, propicia la reunificación de la isla «con los hermanos del continente», en contraposición del discurso del presidente de la República Nacionalista de China (ROC, siglas en inglés), Chen Shui-bian, 54 años, que propicia la independencia de manera radical e irrenunciable.

El presidente Chen ganó el año pasado la reelección envuelto en un escándalo en el que supuestamente resultó herido un día antes de los comicios, el 19-03-04, que en gran manera los taiwaneses interpretaron como una añagaza para consolidar su triunfo frente precisamente a su más cercano contendor, Lien Chan.

Los principales dirigentes políticos de la ROC propician la reunificación conforme a una infografía que publicó este diario el 16-10-00, y en la que figuran Chen, Lien, James Soong, Hsu Hein-liang y Lee Ao, todos los cuales, con la excepción de Chen, hacen causa común con enterrar las diferencias y apretar el nudo de las relaciones con Pekín, es decir, la reunificación.

De esta manera, los políticos isleños interpretan aprovechar la coyuntura económica harto bonacible tanto en uno como en otro de los puntos de apoyo del Estrecho de Taiwán (160 kilómetros).

Esto así, habida cuenta de que China dispone de reservas por sobre los US$500 mil mm y un calentamiento de una década con un PIB sobre el 9% anual, mientras que la ROC es el 24 polo de desarrollo económico planetario y un factor integrante de los llamados «tigres de Asia» que componen Japón, Sur Corea, Hong Kong, Tailandia y Singapur.

La ROC dispone a su vez de un margen de producción por sobre los US$250 mil mm/año, un PIB de US$13 mil por persona/año y dispone de un enclave industrial considerable en los suburbios de Shanghai, pleno escenario continental.

Son esos núcleos de intereses los que a la postre determinarán la reunificación, sin prisa, sin pausas, sin amenazas, sin cercanías, sin presiones, sin misiles ni aguajes, solo con el peso específico de los intereses aunados en un propósito común al socaire del predicamento genial del inolvidable Deng Xiao-ping de «una China, dos sistemas», clave y magia de la solución sabia al diferendo que ha separado a las «dos China» desde 1949, es decir, 56 años. Es lo que ha motivado a Chan, un avezado político de la vieja guardia del KMT en su audaz visita a Pekín entrevistándose con el presidente de China, Hu Jin-tao, en el Gran Salón del pueblo, en los fastos mismos del Tian An Men de 1989 que Deng ensangrentó con la represión de hierro a los estudiantes que propiciaban por un glasnot y una perestroika china, y donde el Ejército Rojo de Mao se cubrió de infamias.

Los empresarios taiwaneses tienen una inversión asombrosa en el continente en más de 50 mil fábricas y comercios, y su Sésamo Abrete consiste precisamente en comprar tiempo, no armas, como intituló su columna del 07-07-99 el notable columnista del The New York Times, Thomas L. Friedman, publicada en El Caribe.

El escenario y las condiciones está dados y será cuestión de tiempo, algo que los chinos administran de manera proverbial, un tiempo que el reloj y viene marcando con una inexorable cuenta regresiva.

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