Rafa Gamundi narra expulsión del PRD por orden de Bosch

Rafa Gamundi narra expulsión del PRD por orden de Bosch

“Bosch le daba prestigio cultural y hasta moral” a la organización, “pero políticamente era un freno para el avance hacia la revolución nacional democrática”.

(09/10)
“Desde hacía tiempo, Bosch se sentía incómodo con el crecimiento y el liderazgo del doctor José Francisco Peña Gómez, que ya erat el jefe de las masas, cuando él era solo un referente como fundador del PRD y había llegado a crear confusiones atacando a Peña, acusándolo de agente de la CIA, instrumento de los yanquis, de vestir trajes “gris perla”, de cobarde y traidor a Caamaño, de corrupto”.
Rafael Gamundi Cordero hace esa consideración al contar la salida de Bosch del Partido Revolucionario Dominicano y la creación del Partido de la Liberación Dominicana.
Dice que “Bosch le daba prestigio cultural y hasta moral” a la organización, “pero políticamente era un freno para el avance hacia la revolución nacional democrática”.
Antes de referirse al comportamiento del expresidente contra el secretario general perredeísta, y a la creación del nuevo organismo que lideraría, Rafa cuenta la experiencia vivida por él con el destituido gobernante cuando este terminó de escribir en Benidorm su tesis de la Dictadura con Respaldo Popular.
“En 1968 me mandó a buscar allá para bajarme línea, y me dijo:
-Estoy escribiendo la Dictadura con Respaldo Popular y se la quiero enviar a Rafael Molina Morillo para que la publique por partes, pero no la voy a enviar con un hombre de izquierda, como tú, ni como Narciso Isa Conde (que coincidió en su visita con Rafa).
Gamundi lo cuenta con un dejo de tristeza. Don Juan, dice, era un padre para él. La actitud de desconfianza lo lastimó, pero continuó fiel a su líder, que le aconsejó estudiar el texto “porque había que salir de Antonio Guzmán, José Delio Guzmán, Manuel Fernández Mármol, Rafael Lembcke y Secundino Gil Morales”, ya que con ellos en el PRD no se podría establecer ese proyecto. “Los consideraba atrasados y electoreros”, acota Gamundi Cordero.
“Y me bajó cuatro líneas: lucha activa contra el imperialismo yanqui o Pentagonismo, lucha activa contra la farsa electoral, los electoreros son traidores; lucha activa por la unidad con las izquierdas y lucha activa contra los terratenientes y reparto inmediato de la tierra”. Estos planteamientos eran contradictorios con la postura de Bosch en relación con la inclinación por la que desaprobaba a Rafa.
Por eso, el entonces discípulo del laureado intelectual comenta: “Esas fueron las líneas que me bajó, y después él me acusó de comunista”.
La expulsión. Rafa se mantenía leal a las directrices de su líder, el profesor Juan Bosch, pero este tenía otros planes con su pupilo: expulsarlo del partido.
Gamundi Cordero no se limita a revelar el hecho. Lo cuenta con antecedentes, particularidades, consecuencias.
“En 1970 se anunció la sexta convención del partido, pero previo a ese evento, entre Peña Gómez y Jottin Cury, que era presidente de la comisión política del PRD, se produjeron profundas diferencias y ataques públicos que provocaron la renuncia de Peña de la secretaría general y que acusara a Jottin y al Partido Comunista Dominicano de servir a la reelección de Balaguer”.
Bosch, agrega, “había mandado a expulsar a Jottin porque publicó en el Listín Diario un escrito sobre una bruja de Azua que supuestamente se comunicaba con Bosch, y él dijo que no podía ser presidente donde alguien afectara su nombre”.
“Vino la sexta convención y yo seguía teniendo como máximo jefe a Juan Bosch, y aplicaba los lineamientos que me había trazado en Benidorm, sin embargo, yo no sabía, y creo que Peña Gómez tampoco, que don Juan había considerado cambiar de posición con fines de crear las condiciones para que el PRD alcanzara el poder por otros medios”, explica.
Rafa dijo las palabras de bienvenida en el evento y Peña el discurso de apertura en el que felicitó la salida del periódico “La nueva República”, que “orientaría ideológicamente al partido”. Gamundi presentó la propuesta de los nuevos miembros del Comité Ejecutivo Nacional y omitió los nombres de las personas que Bosch le dijo que había que expulsar, relata.
Sorprendido, Peña Gómez solicitó un intermedio para hablar a solas con Rafa:
-Metiste la pata, le expresó. “Porque él me había dicho que esa gente no podía salir del partido, que además eran mis amigos, a quienes yo distinguía”.
– ¿Compadre, cuál pata? Yo lo que hice fue no mencionarlos, pero no los he dejado fuera.
-Para ellos es lo mismo, replicó Peña Gómez, que “quería que estuvieran porque esa gente era la protección de nosotros, a quienes nos consideraban comunistas. Yo también pensaba igual, pero estaba cumpliendo con el mandato de Bosch”.
Peña le informó que había llegado un telegrama del profesor suspendiendo la secretaría general de organización como organismo del partido “y, por tanto, a mí, como secretario. Me dice que no podíamos enfrentar a Bosch y que él tenía que acoger ese mandato, pero que, en su calidad de secretario general, crearía dos subsecretarías: una de izquierda, dirigida por Rafa Gamundi, que trabajaría en la organización del partido, y otra de derecha que tendría como cabeza a Rafael Casimiro Castro, pero sin funciones”.
Rafa convenció a Peña para que leyera públicamente la misiva de Bosch cuyo contenido ocasionó “una ruidosa protesta”.
Gamundi enumera todos los acuerdos a que se llegó en esa convención, celebrada el 27 de febrero de 1970 en el teatro “Agua y Luz”, y concluye: “Dos meses después llegó el profesor Bosch, evidentemente disgustado, y dijo:
– ¡En el PRD, Rafa o yo!”. Y convocó a la Comisión Política en la casa de doña Angelita Bosch, añade Gamundi, donde Cundo Gil Morales, que era su amigo, le expresó:
– ¡En el PRD no hay fuerza moral para sacar a Rafa!
Cuenta que “Bosch se paró y se fue, y a los pocos días me convocaron para ser enjuiciado por un tribunal que encabezó el doctor Juan López y en el que estaban José Joaquín Bidó Medina, mi comadre Miriam Abreu y otros. Santos Sena Pérez era el fiscal. Entre los testigos se encontraba Félix Alburquerque. Algunos emitieron fuertes acusaciones contra Rafa.
El tres de octubre tuvo lugar el juicio. Rafa fue acusado de infiltrado en el PRD como comunista, de reclutar choferes de UNACHOSIN para conspirar contra Bosch, entre otros cargos, y fue, como había proclamado Bosch: “Expulsado para siempre del PRD”.
En esta larga historia, salpicada de un sinnúmero de incidentes, en la que intervinieron tantos protagonistas, Rafa relata el intercambio de correspondencia que desde 1968 sostenían Bosch y Sacha Volman lo que, a su juicio, demostraba “que el profesor había iniciado los pasos encaminados a destruir al PRD como organización revolucionaria, alejándolo de los sectores progresistas de la sociedad, en especial de las izquierdas”.
El proceso contra Rafa para expulsarlo del PRD se efectuó en la Casa Nacional del partido, que es hoy el local del PLD. El imputado, comenta con vehemencia: “No se atrevieron a condenarme ante las masas, que sabían mi inocencia”.

 

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