El momento no es de Mario Alvarez ni Juan Vila, tampoco de Francisco Boyero. Ahora toca el turno a Rafael Cabrera, un niño de apenas 11 años, cuyos logros, nacionales e internacionales, lo proyectan como una estrella del tenis de mesa.
Cabrera viene de registrar una impresionante actuación en el Campeonato Latinoamericano de Tenis de Mesa, celebrado recientemente en Santo Domingo, donde fue protagonista de cuatro medallas, incluida tres de oro (individual, dobles y equipo). La otra fue de plata.
Este logro no hace más que sumarse a una larga lista de éxitos, pese a la corta edad de Rafael, quien ya tiene reservado su boleto para el circuito mundial de agosto del próximo año en Muscat, Omán, que reúne a los 16 mejores tenimesistas del universo.
Es el único dominicano con una plaza garantizada en la justa mundialista y apenas uno de tres competidores de América con derecho a inscribir su nombre en la lista de los participantes.
De manter el ritmo, Rafael terminaría emulando a los grandes en la historia del tenis quisqueyano, entre los que se incluyen a Alvarez y Vila, ambos inmortales del deporte dominicano, así como a Francisco Boyero, quien forma parte de su equipo de entrenadores, junto al titular Roberto Brito y Miguel Rodríguez.
“Observo en Rafael la misma mentalidad de ganador que veía en Mario Alvarez, la de un atleta competidor”, expone Boyero.
“Todavía le falta mucho camino por recorrer, pero es impresionante su larga lista de éxitos en su apenas 11 años de edad y cuatro dedicado a la práctica del tenis”, añade.
El potencial de Rafael es ilimitado, aunque sus logros no son el producto de la casualidad. Tiene detrás un equipo que lo sustenta, encabezado por sus padres, Pedro Cabrera y Rosanna Sosa, quienes no escatiman esfuerzos para brindarle todo el soporte que requiere un atleta que encamina sus pasos hacia el estrellato.
También de esta escuadra forma parte el psicólogo Manuel Antuña, el mismo que también presta sus servicios profesionales a la estrella dominicana del tenis Víctor Estrella.

Inicio y desarrollo. Cabrera se inició en la práctica del tenis de mesa en el 2013 y dos años después se hizo campeón de la Copa Mario Alvarez y desde entonces no ha dejado de sumar logros a su historial deportivo.
En el 2016, sus padres lo envian a Falkenberg, Suecia, para una base de entrenamiento con el campeón mundial Peter Karlsson.