Rafael –ChiChí- Reyes, artista dominicano distinguido por el Senado francés

Rafael –ChiChí- Reyes, artista dominicano distinguido por el Senado  francés

Rafael -Chichí -Reyes, lleva más de una década residiendo primero en Marsella, luego en París, y actualmente en Bruselas, Bélgica. Durante su estadía ha confirmado un ritmo de trabajo intenso desde su taller, llevando una carrera de conexiones artísticas y relaciones visuales que amplían su campo de reflexión y ejecución visual, porque tiene la característica de moverse en el mundo artístico europeo donde se maneja y comunica con apertura y mucha sensibilidad, características de su temperamento que le permiten vehicularse por la sociedad, acompañado del arte, con libertad y duende.
Este artista es un captador de imágenes contemporáneas de nuestro mundo caribeño, en permanente efervescencia y mutación. Sus obras se abren a una dinámica del movimiento, de la calle, de la gente, de lo que se mueve… Entonces, esa movilidad del trazo, esa dinámica transeúnte cruza todas sus telas, además, tienen una ubicación posible en toda una geografía humana y urbana que durante sus años de estudiante practicó en sus andanzas por la Ciudad Colonial de Santo Domingo, donde todos los artistas gráficos y visuales, casi siempre, logran heredar una mística llevada a la obra, no como estilo, sino como filosofía de vida que interviene con libertad y en la que la errancia es sueño y utopía cervantina.
Le conocimos hace unos años en su taller de París, con su alegría contagiosa, su sentido del humor enmarcado en un proyecto preciso y claro de su estadía en Europa, insistiendo siempre en anunciar “Yo vine aquí a trabajar, a crecer, y a contribuir con mi país…y con el arte dominicano.
Nos impresionaron entonces sus dibujos de gran tamaño ejecutados directamente con tinta sobre el papel. Indiscutiblemente, que la obra releva de una gran fuerza expresionista, llevada con una clara libertad en el trazo que sirve de inmediato una poética interpretativa para el espectador
Entendimos que este artista llevaba en su puño una reserva gráfica y visual por acelerar y sacar con eficiencia su precisa formación de la Escuela Nacional de Bellas Artes en Santo Domingo, donde acudía a partir de sus doce años, completando más tarde su formación artística en la Escuela de Diseño de Altos de Chavón.
Sus pinturas evolucionan con colores ocres y trazos negros donde el territorio de composición cromática se impone como un telón dramático en el que impera a veces el rojo, como mancha de vida y de espiritualidad dialogante con las energías espirituales de la Isla…
La Isla, justamente un tema fundamental en sus obra, una isla que le transfiere todas las luces y las sombras de sus colores y que le transmite el cuestionamiento universal del sentido existencial de los seres humanos a través del tiempo, lugar y espacio. Así es como en una de sus exposiciones colectivas en la UNESCO de París, llevó todo un tema sobre las migraciones, con referencia a los planteamientos éticos y estéticos que nos inspiran más allá de los dramas humanos generados por la condición de migrante. Con este tema el artista plantea una imagen de fusión social y emocionante que nos invita a reflexionar con el esquema del respeto de los derechos humanos. Los personajes de Chichí Reyes se reconocen por una fusión humana y zoomórfica que se trama desde su proceso evolutivo de la figuración libre y el expresionismo alemán de la post guerra. El conjunto nos conduce a un lirismo del movimiento transnacional, llamado a una reflexión universal más allá de los nacionalismos y de las ideologías étnicas…
Cabe destacar que “los seres” de Chichí Reyes se mueven con el mundo, y el mundo se mueve con ellos en una aventura inacabada de población planetaria.
Justamente, hoy día estamos llamando a través de las ciencias humanas a nuevos enfoques frente a todos los fanatismos trasnochados para que la ética y la estética acompañen el pensamiento necesario frente a los nuevos giros de la humanidad.
Los artistas caribeños, más que muchos, han anticipado en los años 80 y 90, con el imaginario, haciéndose visionarios del contexto dramático de los movimientos trans-marítimos de las poblaciones del Caribe Insular. Hoy día, la frontera terrestre inspira tanto a los artistas chicanos como californianos y americanos en sus obras performativas y visuales.
Chichí Reyes responde a esta generación, en un conjunto de obras que matizan el éxodo forzado y el arrojo hacia paraísos indefinidos… Este artista tiene un mundo propio con su alegoría permanente al entorno barroco y mágico de su tierra matizando un trabajo de apropiación de la contemporaneidad y de la postmodernidad con autenticidad caribeña. Él responde a inquietudes de artistas de la isla de Martinica como Rovelas, quien en los años 90 llamó a pensar en una propuesta de códigos y signos visuales que correspondieran a las luces del Caribe y a sus formas sacadas de la flora y de la fauna, tanto terrestre como marítima. Por eso, esos azules en sus obras de mar y viento, esos trazos tan definidos, tantos en el corpus de las velas sueltas como de los catamaranes tirados a la motricidad caprichosa de los vendavales. Diríamos, que el azul y el ocre imperan en toda su obra con una intensidad surgida en y desde la Isla.
Siempre el artista ha mantenido el lazo visual y profesional con la comunidad artística dominicana, ofreciendo con regularidad y constancia exhibiciones individuales que presenta en las galerías privadas del país y colaborando con su obra en la difusión de la cultura y del arte dominicano.
El reciente reconocimiento del Senado de Francia, hacia este artista contemporáneo dominicano engrandece con inteligencia intelectual y diplomática “la dominicanidad” en sus aspectos contributivos al mundo. La distinción fue recibida por el artista en el marco de la celebración anual de la Semana de América Latina y del Caribe que se celebra todos los años en París (este año del 28 de mayo al 9 de junio), y que tiene como objetivo distinguir a un artista o a un intelectual. El acto estuvo presidido por la embajadora plenipotenciaria de República Dominicana en Francia, Rosa Hernández de Grullón. Fue celebrado en un almuerzo ofrecido en el Salón Boffrand de la Asamblea. La embajada de la República Dominicana en Francia, presidenta Pro-Témpore del GRULAC (Grupo de países de América Latina y el Caribe), así como también, fue presidida por Gérard Larcher, presidente del Senado francés, quien aprovechó para reconocer a Jean Pierre Bel, expresidente del Senado de Francia, por contribuir al diálogo político y las relaciones comerciales entre Francia y América Latina y el Caribe.
Es motivo de orgullo para el país el reconocimiento otorgado a Rafael –Chichí-Reyes, por lo significativo para la República Dominicana y para su generación, obtener esta distinción confirmando la necesidad y la eficiencia de llevar al escenario internacional de la diplomacia las artes y la literatura.
Este es un aspecto que selló toda la estrategia diplomática desde el siglo XVIII, cuando las artes y la filosofía preparaban el terreno de allanamiento de los conflictos… Es imprescindible que el patrimonio cultural, literario y artístico dialogue con el mundo y abra oportunidades para que los artistas dominicanos circulen acompañados de las misiones diplomáticas y se conviertan en un pasaporte-país.
Esperamos con ansias que se organice lo más pronto posible una exposición en el Museo de Arte Moderno –MAM- de Santo Domingo, que catalogue y exhiba a nuestros artistas establecidos en Europa y en las Américas, a fin de que cada vez se afiance y circule por el mundo la cultura dominicana.

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