Rafael Furcal confiesa que burlas por ser «chiquito» casi provocan retiro del béisbol

Rafael Furcal confiesa que burlas por ser «chiquito» casi provocan retiro del béisbol

POR MIGUEL BATISTA
De ESPNDeportes
SAN FRANCISCO.-
En Santo Domingo, República Dominicana, diez años atrás el pequeño Rafael, después de correr las 60 yardas en un tiempo excelente de 6.4 segundos, le suplicaba a su entrenador diciéndole, «¡Dile por favor que me deje batear y que me vea jugar mi posición para que el vea el corazón que yo tengo para jugar pelota!»

«Lo siento, él me dijo que te sacara, que tú estabas muy chiquito», fue la respuesta que recibió.  Furcal, elemento catalizador de los Dodgers

Sus ojos se llenaron de nostalgia al recordar aquel amargo momento; se detuvo por un segundo mientras que una sonrisa llena de dolor se reflejaba en su rostro.

«Eso fue una experiencia dolorosa para mí, porque dondequiera que iba, todo el mundo me decía lo mismo, nadie me daba una oportunidad; entonces volví a mi pueblo y comencé los trámites para entrar a la universidad, ya que estaba decidido a no jugar más.»

¿Por que te desilusionaste?, le pregunté sin dejarlo terminar. «Es que dondequiera que iba, era siempre lo mismo, yo les bateaba bien, tiraba bien y corría mejor que todos; pero siempre me decían lo mismo: que yo era muy pequeño.»

«Como un último intento decidí tratar con los Bravos de Atlanta, que sabiendo de su fama lo mandaron a buscar. «Cuando pensé que ya la mayoría de mis vicisitudes habían pasado pude darme cuenta de lo equivocado que estaba. El mismo primer día que llegué a la escuela de Atlanta uno de los entrenadores al verme, se echó a reír y delante de todo el mundo me dijo, ‘parece que la organización cambió su temática, ahora estamos firmando jinetes’. Me trague el orgullo y sólo respondí: ‘dice eso, porque aún no me ha visto jugar, pensé, cuando vea el corazón que tengo para jugar la pelota, yo seré su jugador predilecto'».

«La gente está equivocada con Raffy, cuando él está en el terreno de juego no piensa que es pequeño, es todo lo contrario; él se siente grande», me dijo el dominicano Manuel Mota, quien trabaja con los Dodgers como entrenador.

Su energía, agresividad, inteligencia al jugar el juego de pelota son el motor de nuestro equipo», terminó diciéndome Mota.

En un partido a mediados de temporada después que Rafael conectara un largo cuadrangular por todo el jardín central, uno de nuestros lanzadores novatos en los Diamondbacks se quedó con la boca abierta y mirándonos a todos asombrado nos dijo, «!pero ese chiquito le pega a la pelota como un hombre grande!»

«Rafael es quizás uno de los jugadores mas difíciles para jugarle a la defensiva. Si le juegas normalmente, te toca la pelota y por su gran velocidad es muy difícil sacarle de out y si le juegas adelante, por su habilidad de ser un buen tocador tienes el miedo de que si hace swing te puede matar de un lineazo, por lo duro que le pega a la pelota», me comentó nuestro segunda base y ganador del Guante de Oro, Orlando Hudson.

Furcal mantiene el enfoque todo el tiempo. «Yo siempre he dicho que cuando llego al terreno de juego, es hora de trabajar, no traigo los problemas de mi casa al trabajo. Vengo decidido a ganar. Yo amo mi trabajo, el béisbol es el sustento de mi familia. Es un lugar donde le puedo enseñar a la gente que en lo único que soy pequeño es en estatura, que después de eso tengo el corazón de un guerrero. Tengo una gran confianza en mí mismo y gracias a Dios he llegado a demostrarle a la gente que la capacidad de un hombre no está en su tamaño, sino en su deseo de ser alguien»

Le pregunté al dominicano Mariano Duncan, quien es el coach de primera base de los Dodgers, acerca de Rafael y así me contesto: «Todo el mundo siempre habla de Jeter, Miguel Tejada, Michael Young. Pero te puedo decir algo sin ningún temor, yo no digo que Raffy es mejor que nadie, pero yo no cambiaría ese pequeñito por diez grandes. Cuando Raffy se embaza, nuestro equipo anota carreras. Él no es tan sólo un jugador rápido, sino que Raffy sabe robar bases. En los últimos años ha logrado anotar más de cien carreras, te impulsa alrededor de cien y te toma casi ochenta bases por bolas y no tan sólo eso, te da 15 cuadrangulares y alrededor de la misma cantidad en triples»

Gracias a Dios la temática de que los jugadores de nuestro país para que los firmen tienen que ser grandes y fuertes, ya se está cayendo. Creo que Pedro Martínez y Luis Polonia nos han abierto las puertas a los jugadores que somos de baja estatura. Son hombres pequeños con grandes habilidades y corazones inmensos para jugar el béisbol. Yo le aconsejo a todo aquel que, como yo, es pequeño de estatura, o que tenga un hijo que sea igual y que esté jugando béisbol, que no pierda sus esperanzas y que trabaje duro, que hay un Dios en el cielo que todo lo ve y que si lo critican o lo tratan de desanimar, piensen en el dicho: «A palabras necias oídos sordos».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas