Rafael Grullón – En qué los políticos han fracasado

Rafael Grullón – En qué los políticos han fracasado

En Chiapas los niños y niñas mueren sin haber nacidos por falta de una aspirina y por no ser registrados al ver la luz. Al subcomandante Marcos, quien dice representar a aquella comunidad sin acta de nacimiento, se le preguntó en una entrevista periodística si se definía como revolucionario, y contestó: «No soy revolucionario, porque los revolucionarios terminan en políticos». «Soy rebelde», proclamó el jinete que monta a caballo en un mundo lleno de automóviles computarizados.

Sea el subcomandante Marcos un negocio político o un sentimiento real Por los pobres de Chiapas, es una figura fuera de época. Marcos es un Romano con su armadura en las lujosas avenidas del nuevo milenio en Europa.

Víctor Hugo, contemporáneo de Carlos Marx, se adelantó a su tiempo cuando dijo que repartir la riqueza es igual al cumplimiento de la misión del carnicero, que mata a lo que divide. Los pobres no salen de la pobreza cuando se les reparte riquezas, sino cuando se les enseña a producirlas.

En una de sus obras menos conocida, Viaje por los países socialistas, el novelista Gabriel García Márquez describió en el 1957 las causas del desplome de la Unión Soviética a finales de los 80.

Una radio con un sólo botón. Unos 22 millones 700 mil kilómetros cuadrados sin un letrero de Cocacola. Un sólo periódico oficial que se amontonaban sin abrir en un rincón de la casa del soviético porque sólo traía lo que le interesaba al Estado.

En la Unión Soviético sabían poner las computadoras en el espacio, pero los niños aprendían a contar con abacos en las escuelas, las vacas se ordeñaban con métodos feudales y los vestidos y los zapatos de los rusos eran cuadrados.

Todo aquello se graficaba en el hecho, de que cuando se dañaba una pieza de una máquina en la Siberia, Stalin la enviaba cuando ya había crecido la hierba donde se encontraba en la industria.

No podía además florecer una industria donde el Estado fingía que le pagaba al trabajador, por lo que el obrero tenía que fingir que trabajaba.

Luis Pazos, mexicano que escribió ¿Por qué Chiapas?, al refutar a los zapatistas dice «Por lógica, el ser humano progresa cuando le garantizan su propiedad y su libertad. Por lógica, el ser humano produce para los demás mientras recibe un beneficio. Y en la medida en que el beneficio se reduce o desaparece, disminuye o cesa su producción para el mercado. Esas afirmaciones no son de derecha ni de izquierda, sino de lógica económica».

El subcomandante Marcos, si sus sentimientos son verdaderos, se equivocó cuando se alza en armas en busca de un Estado protector que ha fracasado.

Hasta en Norteamérica está siendo desmantelado el Welfare. Las únicas misiones del Estado de hoy son administrar los impuestos, garantizar la seguridad ciudadana, la regla del juego entre los productores de riquezas, agua potable, salud pública, educación y protección del medio ambiente.

Ahora bien, el subcomandante Marcos no se equivocó en su juicio sobre los políticos. Los revolucionarios terminan en políticos, y los políticos terminan en corruptos.

Por eso el político, sea de derecha o de izquierda, ha fracasado en el Estado administrador de empresas, porque buscar aplausos y simpatías es muy diferente a producir una mercancía cuya calidad satisfaga el gusto y la necesidad del consumidor.

La energía es una mercancía que el Estado no podrá garantizarla con largas filas, no para pagar el servicio, sino de «compañeros» que buscan el empleo político por el derecho que le otorga haber levantado una bandera.

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