Rafael Herrera, candidato del Acuerdo de Santiago

Rafael Herrera, candidato del Acuerdo de Santiago

Teófilo Quico Tabar

Dentro el proceso previo a las elecciones del 1974, hay que recordar que un grupo de partidos: PRD, PRSC, PQD, MPD y UCN, conformamos el Acuerdo de Santiago. Estábamos enfrentados al régimen de Balaguer. Pero Peña Gómez, principal líder de los partidos agrupados y otros dirigentes, entendían conveniente que como había varios aspirantes que podría poner en peligro la unidad, había que buscar un candidato fuera de los partidos, capaz de captar apoyo de los sectores conservadores y aceptado por otras corrientes de pensamiento y opinión.
Además de Augusto Lora al que ya me referí en artículos pasados, se barajaron otros nombres. Entre ellos el del entonces director del Listín Diario, don Rafael Herrera, a quien le hicimos una visita especial para indagar sobre su disposición a aceptar ese compromiso. En esa reunión amistosa en la que había representación de todos los partidos del Acuerdo de Santiago, luego de muchas argumentaciones y ponderaciones, nos expresó, que como era de suponer, tenía que hacer algunas consultas, entre ellas con su esposa Doña Rosa.
Pasaron algunos días. Se aceleraban los acontecimientos. Estaba pendiente la decisión de don Rafael sobre la propuesta. Pero un día se produjo una situación política de tanta envergadura, que ameritó, que ya entrada la noche algunos dirigentes del Acuerdo, encabezada por Peña Gómez visitáramos las oficinas del Director del Listín Diario, con el fin de que el periódico se pronunciara contra lo que se consideraba un atropello. Pero en dicha reunión se crearon ciertas desavenencias y puntos de vistas encontrados entre algunos de los dirigentes políticos participantes.
A la mañana siguiente, don Rafael se comunicó con algunas personas para solicitar una reunión urgente con los dirigentes del Acuerdo de Santiago, con la presencia de Peña Gómez, la que se realizó el mismo día. En ella, don Rafael, con su estilo característico, luego de hacer una serie de ponderaciones, expresó su decisión respecto a la propuesta de ser el candidato presidencial del Acuerdo de Santiago.
“Yo les agradezco infinitamente la inmerecida propuesta para que los represente como candidato. No les puedo negar que me atrajo la idea de ser candidato y más aún Presidente, pero algunos amigos y sobre todo mi esposa Rosa, me aconsejaron que no aceptara.”
“Pero además de esa razón, fíjense, que ni siquiera como director de un periódico pude ponerme de acuerdo con todos ustedes. Porque hay dirigentes con los que se hace casi imposible dialogar. Imagínense lo que ocurriría cuando fuere candidato y más aún si llegara a ser presidente, cuando me hagan propuestas con las cuales no esté de acuerdo, o que afecten algún sector ligado a los grupos participantes.”
Así terminó otro capítulo en pos de una candidatura presidencial unificadora por los partidos agrupados en el Acuerdo de Santiago.
Porque algunos de los dirigentes del Acuerdo, con capacidad analítica, entendían que, estratégica y tácticamente, el momento aconsejaba un candidato de consenso para poder enfrentar con éxito a Balaguer y al conservadurismo nacional. El Acuerdo no participó en dichas elecciones. Balaguer continuó cuatro años más.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas