Rafael Leonidas Trujillo biografiado de nuevo por Fernando Infante

Rafael Leonidas Trujillo biografiado de nuevo por Fernando Infante

Hace siete años, en 2002, el escritor, investigador e historiador Fernando Infante había entregado a la bibliografía nativa el título “Trujillo: aproximación al hombre y su tiempo”, en el que, en 200 páginas exactas, perfila con rasgos biográficos al generalísimo Rafael Leonidas Trujillo.

Ahora, siete años después,  Infante recrea con nuevos capítulos y con otro nombre “Biografía de Trujillo”, al personaje político más extraordinario luego de las gestas gloriosas de 1844 y 1863 cuando se proclamó y se restauró  República Dominicana.

Con 196  páginas, cuatro  menos que la anterior,   Infante recrea a los interesados, curiosos y estudiosos de la historia vernácula, en relación a Trujillo que, insisto, es la figura política más extraordinaria del siglo XIX dominicano, porque se introdujo al país, a todos, como una moneda en su faltriquera, por 31 años, tornando  República Dominicana en una heredad suya.

En la modesta biblioteca de consulta que aún dispongo, porque la voy cediendo a una institución cultural poco a poco, observo 22 obras entre libros y folletos alusivos al Padre de la Patria Supremo, Juan Pablo Duarte Díez, 12 alusivas al presidente Ulises Heureaux, el terrible Lilís, once sobre Siño Pedrito, el voluble y cuestionado primer espadón de nuestras desventuras patrias, general Pedro Santana Familia, nueve bibliografías referentes a Trujillo y más de un centenar de obras que tratan aspectos, no todos, de su accionar público. Los biógrafos de Trujillo hasta hoy son Abelardo René Nanita, cinco correcciones con sus respectivos aumentos cada una; Robert D. Crasweller, Ismael Hirraiz, Gilberto Sánchez Lustrino, Manuel Valdeperes, Ramón Emilio Jiménez, Jacinto Gimbernard Pellerano, Pedro González Blanco y Fernando Infante, en dos intentos.

La imparcialidad, la serenidad de los juicios, la rigurosidad de los hechos auténticos, evadir los tropiezos con los ditirambos y los denuestos desollantes, resultan las pruebas más empinadas como difíciles en el arte y la ciencia de redactar la biografía de un personaje, sobre todo cuando alude a una figura excesivamente controversial como resulta ser un tirano que asfixió la disención por tan largo tiempo contra todos.

Así, los biógrafos de Trujillo que escribieron durante su Era resultan complacientes, como un sastre en un traje prêt-à-porter, hecho a la medida, como son los casos de Sánchez Lustrino, Jiménez, Hirraiz, González Blanco, Valdeperes y Nanita. No así Crasweller, Gimbernard e Infante.

En estos tres escritores, la objetividad y la mesura en las descripciones es evidente, y sin descartar los valiosos aportes de los escritores edulcorados con el Generalísimo, en las obras de estos tres últimos se aprecia una interpretación más próxima al personaje, su tiempo y los graves anatemas que cuestionaron su desempeño de satrapía, por encima de los aportes innegables que estructuró para conformar un estado moderno.

Porque aporte de los crímenes inexcusables ¿habrá alguno que lo sea? Y los latrocinios que tampoco lo son nunca, en Trujillo, como en toda persona, es menester apreciar las dos  caras de la moneda, el pro y el contra, lo bueno y lo malo, que todos somos esa amalgama, en uno más mal que bien, en otro lo contrario.

Es en esta difícil prueba para el biógrafo que radica el que solo estos tres escritores merezcan el reconocimiento a sus esfuerzos por biografiar a Trujillo, exponiendo la realidad de los hechos como fueron, logrando inocularse del virus alienante y desenfocador de la pasión para emitir juicios caprichosos.

La biografía sobre Trujillo de Crasweller ha sido tenida desde su aparición en 1969 como la más ecuánime, serena, con nutridas confidencias de la intimidad del déspota, costumbres, siquis, que confiaron al escritor norteamericano tanto el doctor Joaquín Balaguer como Luis Mercado, en el exilio que vivieron en Nueva York 1962-65.

Crasweller hace constar la consulta de por lo menos noventa fuentes y autores para conformar su obra;  Gimbernard no menciona ni una y Fernando Infante anota treinta y ocho consultas en su primera biografía de Trujillo y setenta y una  en la segunda. Infante es riguroso y metódico en su trabajo biográfico del generalísimo Trujillo, desde su nacimiento, su preparación al poder, la traición al presidente Horacio Vásquez, los inicios de 1930 hasta 1940, que es el del afianzamiento de la satrapía y el genocidio de octubre 3 al 5 de 1937 contra unos dos y tres mil nacionales haitianos; la etapa 1941-50, 5-55, 55-61.

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Fino articulista

Recrea el autor con la oxigenación propia del fino articulista que es, interesando en cada palabra al lector con una fluidez de verbo fácil, didáctico, sin oropeles culteranos, ciñéndose al discurrir de los acontecimientos y el protagonismo del personaje central, sin pisar el cosmo minado de los halagos  ni la censura pertinaz que desvirtúa la diafanidad de los juicios y los hechos.

En 2007 Infante aportaba a la bibliografía criolla y a la externa alusiva al generalísimo Trujillo, dos importantes tomos donde consigna un cronológico, día por día, de los 31 años de la Era de Trujillo, obra obligada de consulta cuando se pretende referirse a esa etapa de nuestra vida republicana.

Ahora, con su “Biografía de Trujillo”, Fernando Infante reitera los quilates del investigador, escritor e historiador que es, en este obra nueva  suya corregida, de interés para que los que nos interesamos por la historia de nuestro país.

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