Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

He recibido en los últimos días varias cartas procedentes de distintos lugares pero que se refieren al mismo tema: los programas de televisión que, con cámaras escondidas, se mofan de las personas que, sin proponérselo, hacen el ridículo ante millares de televidentes… aparte de que también se llevan tremendos sustos que bien podrían producirles un infarto.

Como muy bien dice un lector (Adolfo Reyes), ya no respetan la privacidad, el trabajo ni la dignidad de las personas. Los productores de tales programas deciden tomarle el pelo, no tienen ninguna información médica sobre la salud de su víctima, ni tampoco saben cómo podría reaccionar una persona ante un susto inesperado.

«Mi pregunta es escribe Reyes , si una persona fallece o sufre un paro cardiaco por cualquier circunstancia en medio de una broma, ¿qué van a hacer los productores de televisión que en ese momento estén realizando dicha faena, o más aun, qué piensan hacer las autoridades al respecto, qué respuesta le dirán a los familiares? ¿Qué era una persona enferma y en cualquier momento esto le podía pasar?»

Este tipo de juegos o bromas por televisión debe detenerse, antes de que ocurra un hecho lamentable.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas