Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Hoy es el Día del Periodista. ¿Día de regocijo entre los que se dedican al oficio de buscar información, divulgarla y contribuir a su interpretación? Más bien debería ser un momento de reflexión, de renovación de votos de compromiso con la sociedad, de repaso de las normas éticas que deben estar presentes en nuestro ejercicio profesional.

Nuestra reflexión de hoy debe conducirnos a realizar nuestra tarea sin apasionamiento y con la suficiente integridad moral e intelectual para escribir con igual honestidad de lo que nos agrada como de lo que nos disgusta, de lo que puede beneficiarnos como de lo que puede causarnos perjuicios, de nuestros amigos como de nuestros detractores.

El periodismo honesto es una profesión que no está influída por amistades ni teme a los enemigos; no busca favores ni acepta gratificaciones; es una profesión en la cual la pasión, los prejuicios y el fanatismo son fatales para sus más altas aspiraciones; una profesión que está dedicada al bien público y a exponer el fraude, la malversación o la incompetencia en la conducción de los asuntos públicos; una profesión cuya práctica no puede estar inspirada en un espíritu estrecho y partidista, sino que tiene que ser justa y equitativa frente a quienes sostienen opiniones contrarias.

Es la única forma de garantizar que el periodismo sea una noble profesión y no un ruin oficio.

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