Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Perdónenme que vuelva otra vez con el Plan Renove. Ya debo tener cansados a los amables lectores con el mismo tema. Pero es que no hay manera de callar ante un escándalo tan asqueante y descarado.

El otro día aposté, en esta misma columna, a que nadie saldrá sancionado, y mucho menos preso, por este robo de mayúsculas proporciones en el que hay implicados altos funcionarios y connotados personajes con muy buenas relaciones allá, en las alturas. Ya verán ustedes como los feos detalles salidos a la luz pública gracias a la auditoría realizada por la Contraloría General de la República, se quedarán en el saco del olvido, como tantos otros actos de corrupción que hemos visto pasar ante nuestros ojos.

En el caso Renove se manejó turbiamente mucho dinero dizque para mejorar el transporte, pero en realidad lo que ocurrió fue que muchos millones de pesos se quedaron en los bolsillos de unos cuantos desaprensivos. Lo que me impulsa a volver sobre el asunto es observar cómo quienes tienen la obligación de velar porque las leyes se cumplan y la justicia sea hecha, se están tirando la pelota los unos a los otros, de la manera más irresponsable.

El Contralor General dijo que a su departamento no le corresponde someter a nadie a la Justicia, que lo suyo es realizar la auditoría y punto. Tiene razón. Ahora toca ¿a quién? motorizar a la justicia. Yo pienso que al Procurador General de la República, aunque no reciba ninguna querella. O si no, al propio Presidente de la República.

No hacerlo daría lugar a mucha suspicacia. Lo cual no me parece prudente ni necesario.

LA FRASE DE HOY: «Lo peor que le puede pasar a una nación es votar por el menos malo entre dos malos, porque termina quedándose con un malo». (Max Lerner, sociólogo norteamericano).

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