Ayer pregunté a mis colegas periodistas cómo andaba la huelga, y la respuesta más generalizada fue: «Pacífica».

Más tarde me enteré de que, a eso de las 7 p.m. se habían reportado siete u ocho personas heridas, y que habían sido detenidas otras cien o docientas.

Si comparamos estos resultados con los de otras huelgas o paros del pasado, tendremos que convenir en que esta vez las cosas marchan bien. Porque los motivos de la protesta siguen siendo válidos, el efecto del paro ha sido efectivo, y el costo en vidas o daños mayores a la propietad está prácticamente en cero.

Hoy entramos en la segunda jornada del paro. Esperamos que al terminar la misma, podamos decir lo mismo que ayer: «Pacífica». Y que las autoridades hayan escuchado la voz del pueblo que clama por una corrección del rumbo que lleva el país en lo económico, lo político y lo moral.