Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Cuenta la crónica del Descubrimiento y la Conquista de la isla que una de las carabelas de Colón que se aventuró a entrar en la bahía de Samaná fue sorpresivamente atacada por los aborígenes que, desde la costa y desde pequeños botes debidamente apertrechados, le lanzaron una fiera andanada de flechas, en lo que pasó a la historia como el primer encuentro bélico entre europeos e indígenas. De paso, la bahía en cuestión fue bautizada con el nombre de Golfo de las Flechas.

Más de cinco siglos han transcurrido desde aquella escaramuza. Hoy la recordamos en ocasión de la inminente posibilidad de que se repita la historia, aunque con algunas variantes. Por ejemplo, esta vez no se tratará de una carabela, ni siquiera de un velero, sino de un buque carguero lleno de rock ash procedente de Puerto Rico, con la supuesta intención de seguir arrojando basura contaminante en nuestras playas, para beneficio de algún influyente personaje encubierto y protegido por alguien con poder para hacerlo.

Tampoco habrá, en esta ocasión, flechas para repeler la intrusión. En cambio, podría haber tiros, si se cumple el presagio del senador Ramiro Espino, o «cocazos» en el mejor de los casos.

Así como lo oyen (o mejor dicho, así como lo leen): el citado legislador, que ha tenido el valor y la responsabilidad de llevar la voz cantante en las protestas por las descargas de rock ash, ha dicho que si llega otro barco con ese material, lo van a esperar «a tiros o a cocazos». Yo me inclino por los cocos. Es mejor ver correr agua de coco y no sangre. Aunque lo mejor sería que no venga ese barco, y así quedamos todos en paz.

Publicaciones Relacionadas