Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Un hombre o una mujer pueden ser muy honestos, serios y responsables, pero si a la vez visitan los casinos de juego, frecuentan los bares de mala muerte y se pasan el tiempo haciendo cuentos coloraos, difícilmente se ganen el respeto y la confianza de los demás.

Alguien de la antigua Roma dijo, con toda razón, que “la mujer del César no sólo debe ser seria, sino que también debe aparentarlo”.

No se confunda esto con una apología de la hipocresía. No se trata de fingir seriedad siendo sinvergüenzas, sino de inspirar confianza a través de una imagen de seriedad, siendo, además, realmente serios.

Yo creo en los símbolos, a riesgo de que se me tilde de anticuado. No me gusta, por ejemplo, el nuevo edificio que alojará a la Suprema Corte de Justicia, en la Feria. Por fuera se aprecia la modernidad de sus líneas, pero ningún transeúnte que pase por ahí podrá ni siquiera suponer que esa será la sede del Poder Judicial. Le falta solemnidad. Para una Suprema Corte de Justicia venía mejor una estructura con columnas dóricas, jónicas o corintias, con escalinatas y otras características clásicas que inspiraran respeto y recogimiento.

Lo mismo me pasa con la Catedral de La Vega, mi pueblo. Ultramoderna, más de la cuenta. Con poco esfuerzo de imaginación, podríamos esperar a que de su torre salgan volando los personajes de Walt Disney con el elefante Dumbo a la cabeza

Y ya que hablamos de símbolos, tampoco me gustó el discurso del presidente Mejía ante la Asamblea Nacional, porque allí el mandatario sólo tenía que presentar las memorias del 2003 y talvez anunciar sus proyectos de gobierno para el 2004, pero sin hacer alusiones personales a los políticos que le adversan, sin mezclar sus deseos reeleccionistas, sin ingredientes partidistas y sin chistes ni gracias fuera de ocasión. Seré todo lo anticuado que se quiera, pero un discurso presidencial ante la Asamblea Nacional, el Día de la Independencia, ¡vamos, hombre! debería ser un modelo de solemnidad.

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