Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Se queda uno gratamente sorprendido al enterarse de que los partidos políticos PRD y PLD dejan a un lado su tradicional encono y deciden sufragar a partes iguales el costo de una tarima que compartirán, en días sucesivos, para celebrar sus respectivos mítines de cierre de campaña en Santiago.

¡Caramba! ¡Qué maravilla! ¡Al fin actuamos como los suizos, sin ser suizos!

Pero no nos hagamos muchas ilusiones: lo bueno no dura mucho. Porque volteando la página de los periódicos, tropezamos con la otra noticia, la que borra el dulce sabor a civilización que nos había dejado la tarima compartida, para dar paso al acíbar de la decepción: en respuesta a las expresiones del candidato del PLD sobre la eventualidad de que se intente cometer un fraude en su perjuicio, el presidente-candidato del PRD, Hipólito Mejía, al compás de un puñetazo en la mesa, lanzó al aire, cual moderno Tarzán, su grito de guerra: “Yo lo desafío (a Leonel) a entrarnos a trompadas, él y yo; si él no quiere, es una buena gallina, un cobarde”.

Sinceramente, me gustó más lo de la tarima que la denuncia de fraude y el desafío a un duelo a puño limpio. Lo peor de todo es que, detrás de las expresiones de ambos candidatos, que aparentan ser simples frases propias de una campaña política vacía de contenidos, se esconde la ominosa posibilidad de que se provoquen desórdenes tras los anuncios de resultados que haga la Junta Central Electoral.

Mientras tanto, hay que consignar que Eduardo Estrella está fuera de esa ruda batalla verbal desproporcionada que libran sus dos adversarios principales. Eduardo sigue con su calma y su equilibrio habituales, hablando mayormente de paz y de desarrollo.

Cada uno de los tres tiene su estilo, para bien o para mal. El pueblo sabrá cuál prefiere, y lo dirá dentro de siete días minutos más, minutos menos.

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