Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Errar es de humanos, rectificar es de sabios. El controversial decreto presidencial número 566 fue finalmente dejado sin efecto y los aviones podrán seguir despegando del aeropuerto de Herrera y aterrizando en él, sin mayor susto que el producido eventualmente por una que otra turbulencia atmosférica.

El decreto de marras, cuya aplicación hubiera sido un mar de complicaciones, tenía su parte buena, y eso hay que decirlo: ese aeropuerto está prácticamente en el medio de la capital y más tarde o más temprano había que disponer su traslado a otro lugar, por el peligro que encierran las operaciones aeronáuticas sobre un área urbana en franco crecimiento.

Lo que no estuvo bien fue su planificación. Primero, quince días de plazo para trasladar las instalaciones de Herrera con sus 180 aeronaves y todas sus consecuencias y secuelas, era muy poco tiempo. Y segundo, no era tarea fácil convertir a San Isidro en aeropuerto mixto (civil y militar) y poner a Higüero bajo mando militar, con Duquesa, basura, garzas y todo lo demás.

Pero por suerte, esta vez el presidente Mejía tuvo al final la sensatez de rectificar y dejó las cosas como estaban. Para que el próximo gobierno las resuelva. Después de todo, solamente falta poco más de un mes y el problema queda planteado.

Ahora bien, (mucho ojo!: se trata solo de una posposición y las nuevas autoridades tienen el deber de solucionar la cuestión en el menor plazo posible y con el mayor espíritu de justicia.

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