¿Quién dijo que la cosa está mala? ¿De dónde saca la gente que todas las actividades de negocios o profesionales están deprimidas?
Como mentís a quienes nada más ven la parte negativa, apareció ayer en la prensa una interesante información que nos habla del aumento de un 50 por ciento en las consultas siquiátricas que se ha experimentado en los últimos meses entre los dominicanos.
La mayoría de los pacientes que acuden al siquiatra lo hace por el deterioro de la calidad de vida, por depresión, falta de sueño y deseos de irse del país. Dice el doctor José Miguel Gómez Montero que antes las parejas visitaban al especialista por problemas de comunicación entre ellas, pero que ahora la dificultad que refieren es la situación económica.
Y ¡dichosos esos que pueden pagar la consulta del siquiatra!, digo yo, porque la mayoría no puede darse ese lujo. Y mucho menos seguir el tratamiento que en cada caso ha de indicar el galeno, porque los medicamentos hace tiempo que están inalcanzables.
Hace cosa de un año yo compraba con 200 y pico de pesos una pomadita para la piel. Hace un mes el precio andaba por los 400, y ayer no más ya costaba 600. Tendré que elegir entre dejar que se me pele la piel, o que se me pele el bolsillo.
La salud es un don precioso que nos da la vida. Mantenerla cuesta cada vez más, de tal manera que pronto habrá que visitar de último al cardiólogo, para que éste nos ayude a reponernos del shock causado por la cuenta del especialista que nos trató antes que él.
LA FRASE DE HOY: «En la República Dominicana las inundaciones no se producen porque los ríos crecen, sino porque el país se hunde».