Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

[b]Hace treinta años y hoy la historia se repite.[/b]

En el 1974 el presidente Balaguer buscaba la reelección. Para enfrentársele surgió el Acuerdo de Santiago, constituido por la mayoría de los partidos de oposición y sectores de la izquierda. Pero finalmente los opositores se retiraron de participar en el proceso electoral, por considerar que no existían garantías para unas elecciones libres. Entonces, Balaguer, para no concurrir solo a los comicios, fabricó un contrincante hecho a la medida, el contralmirante Luis Homero Lajara Burgos, quien le dio un barniz de legitimidad a la elección del viejo zorro reformista.

Hoy la situación es bastante parecida. No se trata de las elecciones generales, sino tan solo de la convención interna del partido gobernante. Talvez recordando las lecciones de Balaguer, el presidente Mejía no ha querido ir solo, como único precandidato, a la convención previamente bendecida por la Junta Central Electoral. Ni corto ni perezoso se fabricó su «Lajara» a la medida de su buen gusto, esta vez en la persona del doctor Frank Joseph Tomén, para llenar las apariencias de un torneo electoral «reñido».

En una comparecencia por televisión, escuché al doctor Tomén admitir que él está conciente de que no puede ganarle a Hipólito Mejía en la convención. Entonces, me pregunto, ¿para qué participa en la misma? Y me respondo: para legitimar, como lo hizo Lajara en el 1974 a favor de Balaguer, el triunfo de su amigo Hipólito.

[b]Así es nuestra política. ¡Qué Dios nos ampare![/b]

LA FRASE DE HOY: Nuestra libertad y nuestros derechos no están en tanto peligro por aquellos que abiertamente nos los quieren quitar, sino por estos otros que, proclamando su apoyo a ellos, están dispuestos a ignorarlos a cambio de su propio beneficio. (William Borah).

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