El refrán dice que cuando se mete la pata, si se saca a tiempo, se queda bien.

El dicho se le puede aplicar, con toda justicia, al Ayuntamiento Municipal de Villa Altagracia que, raudo y veloz, ha enmendado el error de haber quitado el nombre del autor de la letra del Himno Nacional a una calle de esa localidad, para ponerle el del merenguero Sergio Vargas.

Sergio Vargas es muy buen merenguero, músico y cantante popular, de eso no cabe duda. A mí, particularmente, me gusta mucho. Además, es un notable munícipe de su pueblo natal, Villa Altagracia, al extremo de que se ha dejado un «pajón» que comenzó como protesta hasta que las autoridades correspondientes arreglaron sus calles.

Pero, ¡caramba!, ¿no pudieron encontrar los señores miembros del Ayuntamiento de Villa Altagracia otra calle para rendirle homenaje, que no fuera precisamente la de don Emilio Prud’homme, autor de la letra de la canción de la Patria?

Lo interesante y digno de encomio, sin embargo, ha sido la presteza con que quienes cometieron la pifia se apresuraron a corregirla. Cualquiera se equivoca, pero no todo el mundo lo admite. De manera, pues, que vaya este comentario, no para criticar a quienes erraron ni mucho como burla para ellos, sino para aplaudirles su capacidad de rectificar lo mal hecho, actitud que debería servir de ejemplo en otras esferas oficiales en las cuales tantas veces se mete la pata, sin que se saque a tiempo.

LA FRASE DE HOY: «La libertad es la respiración del alma».