Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Rafael Molina Morillo – Mis buenos días

Una de mis hijas, madre de dos pequeños, me hizo llegar el siguiente escrito producido por una amiga suya, sobre las ventajas de la crisis energética en lo que respecta a la educación de los niños. (No me dio permiso para publicarlo, pero ahí va):

«No hay que perder el ánimo, señores. ¡Cuántas ventajas tiene esta crisis! Ya no hay cartoon network ni fox kids. No hay que forcejear tanto con los muchachos para que apaguen la tele. Sencillamente ella ya no prende… Tampoco hay que negociar la hora de mandarlos a bañar…. ¡Llegó la luz! ¡Todo el mundo al baño de pies a cabeza, coooorran antes de que se apague el calentador!… y salen todos huyendo.

«Se acabo el nintendo y el game cube. Y mami no es la mala fea no te quiero. Es muy sencillo: 1, no hay luz; o 2, se gasta el inversor y ahorita duermes sin abanico! ¡OLVIDALO! es la respuesta de mi hijo que ahora sabe establecer prioridades.

«Se fomenta la creatividad. Hemos vuelto a inventar cuentos a la luz de las velas. Los niños ahora saben divertirse sin nada electrónico. Anoche jugamos al escondido dentro de la casa en oscuridad total! Fue chulísimo. Además, nos movíamos de un lado a otro sin que el otro nos viera y el juego fue bien difícil! (Para agregar dificultad al juego pase al otro nivel e incluya al perro en el asunto; verá lo challenging que resulta el jueguito!). Otra cosa muy importante, mis hijos ya no le temen a la oscuridad. Saben manejar perfectamente una vela encendida y no se queman! (¡Una vez fue suficiente!).

«Al fin los niños entendieron que dormir con aire acondicionado es un lujo y no una necesidad básica del ser humano! Y como si fuera poco se duermen tempranito… ya es de noche… a dormir… (cuando hay pocas opciones, dormir ya no parece una idea tan absurda!)

«Así que ya lo saben, los niños malcriados no eran más que producto de un exceso de luz.»

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