Recientemente participé en un almuerzo en el cual un importante funcionario del área económica del gobierno advertía a los comensales que, pase lo que pase, a los dominicanos nos esperan días, meses y años insospechadamente difíciles.

Pase lo que pase, dijo. O sea, haya o no haya elecciones; gánelas quien las gane, si las hay; con Fondo Monetario o sin Fondo; con ley de Lemas o sin la bendita ley; con ciclones y terremotos o sin ellos; pase lo que pase

Explicó con una franqueza descarnada, el citado funcionario, que la situación a que nos han llevado los fraudes bancarios, junto al torpe manejo que le han dado a los mismos las autoridades, y a los consabidos factores externos e internos que nos golpean, no tiene otra salida que no sea la del sacrificio colectivo a conciencia de que todos vamos a sufrir mucho más de lo que estamos sufriendo actualmente. A apretarse el cinturón todo el mundo, se ha dicho.

Es curioso observar que, en las ocasiones en que el Fondo Monetario Internacional acude a un país determinado con sus préstamos “salvadores”, pero también con sus pliegos de rígidas condiciones debajo del brazo, las masas populares se oponen a la intervención del organismo. Organizan desfiles con pancartas, rompen vidrieras a pedradas, queman gomas, incendian automóviles. Pero esta vez, en la República Dominicana de mis amores, ocurre lo contrario: todos abren sus brazos para darle la bienvenida al FMI, como si con la sola firma del contrato con el gobierno, todos los problemas desaparecerán por arte de magia.

Pues no. Bajémonos de esa nube. No sigamos durmiendo de ese lado. Tiempos de férrea disciplina son los que nos esperan. Precisamente, el Fondo viene, entre otras cosas, a atarle las manos al gobierno para que no despilfarre lo poco que nos queda, ni se le ocurra gastar los préstamos en aventuras políticas o en planes descabellados. ¡A portarse bien todo el mundo, o el Fondo se va con sus cuartos para otro lado! Esa es la cuestión.

(Estoy pensando seriamente en cambiar el título a esta columna, por el de “Los Malos Días”).

LA FRASE DE HOY: “Si dudas de ti mismo, estás vencido de antemano.” (Enrique Ibsen)

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