Para un sábado entre dos feriados, como éste, no estaría mal olvidarnos por un momento de los agobiantes problemas nacionales y deleitarnos con una exquisita página de una pluma privilegiada como la de Jorge Luis Borges. Sin pensarlo dos veces, gocemos estos párrafos llenos de sentimiento y sabiduría que, de seguro, nos enriquecerán la vida:

«Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza aprender… Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

«Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

«Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con tiempo te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese único instante.

«Con el tiempo también aprendes que la vida es aquí y ahora, y que no importa cuantos planes tengas, el mañana no existe y el ayer tampoco. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido. Pero infortunadamente, todo esto lo aprendes solo con el tiempo….»