Una vez más nuestro Congreso Nacional ha dado muestras de ineficiencia.
En el simulacro de discusiones sobre la modificación de la Ley sobre Areas Protegidas, los legisladores parece que transcribieron al calco un trozo de una ley del 1959 y lo insertaron en el adefesio recién aprobado, sin percatarse de que el viejo texto habla del Pico Trujillo, en vez del Pico Duarte.
En la época de la dictadura (para que los más jóvenes lo sepan) todo llevaba el nombre de Trujillo. Los parques de todas las ciudades eran el Parque Trujillo, las avenidas principales eran la Avenida Trujillo, la capital de la República era Ciudad Trujillo… y hasta la montaña más grande de las Antillas se bautizó como Pico Trujillo.
Pero todo eso pasó a la historia y el pico fue Duarte otra vez. Menos para los congresistas, que no se molestaron en leer el texto legal que algún interesado les puso por delante. (Aprobado! Y punto. Pico Trujillo nuevamente, por Ley del Congreso.
(Y pensar que muchos de esos diputados y senadores pretenden modificar la Constitución para extender su período dos años más allá de su mandato original! (Qué tupé!