Se habla de un posible debate televisado a toda la nación, entre los candidatos presidenciales. Buena idea.

Desde luego, no podría ser entre todos los candidatos a la Primera Magistratura, primero, porque son muchos, y segundo, porque no tendría sentido distraer la atención pública con algunos que definitivamente no van a sacar suficientes votos para ser tomados en cuenta.

Pero insisto en que es buena idea organizar un debate entre los tres que se disputarán los primeros lugares en la consulta electoral de mayo: Leonel, Estrella e Hipólito (en el orden que los han colocado las encuestas publicadas hasta ahora).

En un debate bien concebido, organizado y disciplinado, en el cual todos los participantes serían tratados en igualdad de condiciones, se prepararían de antemano varias preguntas de alto interés nacional, relacionadas algunas de ellas con los programas de gobierno que cada candidato ha de presentar al electorado. Las preguntas les serían formuladas sucesivamente, en un orden determinado por sorteo, a los presidenciables.

No habría jurado, ni calificaciones. Nadie sería declarado ganador ni perdedor. Sólo el público juzgaría las condiciones de cada uno de los contendores. Cada quien en su casa, llegaría a la conclusión que le diga su conciencia. Cada quien evaluaría las respuestas, los puñetazos en la mesa, los gestos, el color de la corbata, la mueca o la serenidad de los participantes, para inclinarse a favor de uno u otro.

Ojalá que se haga el debate entre los candidatos. Sería una herramienta muy útil para el electorado.

(Escuche Los Buenos Días por radio en 88.5 FM, de lunes a viernes y de 7 a 8 a. m.)

LA FRASE DE HOY: «Solamente aquel que contribuye al futuro tiene derecho a juzgar el pasado.» (Friedich Nietzsche).