ACAPULCO. El español Rafael Nadal aplastó a su compatriota David Ferrer (N°4 del mundo) por 6-0 y 6-2 y gritó campeón en el ATP 500 de Acapulco, en su última edición sobre polvo de ladrillo. 52° título para el mallorquín, segundo en su vuelta al circuito (San Pablo, el otro) y, lo más importante de todo, una muestra fehaciente de que su recuperación marcha por el camino correcto. De yapa, el séptuple campeón de Roland Garros quedó a solo 560 puntos de su rival en la lucha por recuperar terreno en el ranking.

Segundo título de Rafa en México. Rafa es el mejor de la historia en tierra».

La sentencia corrió por cuenta de Ferrer en la previa de la gran final. Nadal respaldó los elogios del valenciano con un nivel superlativo; lo mejor que se le vio desde su regreso a la acción tras siete meses fuera de las canchas.

Lejos de la falta de ritmo evidenciada en Viña y San Pablo, el ex N°1 del mundo jugó un partido perfecto, encontró siempre la profundidad necesaria para incomodar a Ferrer y tuvo una variedad de golpes y ángulos sencillamente incontrolable para quien llegaba como máximo preclasificado y vigente tricampeón.

En el primer set, Nadal no dejó que Ferrer tuviera siquiera un «game point»; 27-13 fue el registro de puntos a favor del manacorí.