Rafael Solano lamenta que la música romántica dominicana esté en decadencia

Rafael Solano lamenta que la música romántica dominicana esté en decadencia

Por JOSELIN RODRÍGUEZ
Pese al gran auge y reconocimiento internacional que tuvo la música romántica dominicana en su momento, el cantautor Rafael Solano lamentó que el romanticismo criollo se encuentre en decadencia. Al pronunciar la conferencia “La música popular romántica en República Dominicana”, auspiciada por la Secretaría de Cultura en la Sala Ravelo del Teatro Nacional Eduardo Brito, el compositor de “Por amor” reconoció que el género ha recibido una presión muy fuerte de la balada, el merengue y la bachata, y ahora del reggaetón.

“El romanticismo nunca muere, siempre estará vivo. Necesitamos más actos como éste, con otras personas que nos hablen sobre el tema para que no se pierda. El bolero dominicano es bellísimo, es reconocido en el mundo. Hace falta un mayor interés por parte de la gente, ese es el asunto”, señaló.

Ubicó en la década de los 80 la decadencia de la producción de canciones románticas criollas.

 “En varias ocasiones me he referido al auge del merengue aceptándolo para bien y para mal. Para bien, por lo que significa la divulgación de nuestra música popular por el mundo y para mal, por la casi total negación y el desconocimiento del repertorio romántico existente”.

Dijo que como en todas las cosas, hay sus excepciones entre las que mencionó a Manuel Jiménez (Derroche), Fernando Arias (No me conoces), Palmer Hernández (Devórame otra vez) y Micky Taveras (La ventanita).

Tuvo palabras elogiosas para Juan Luis Guerra, a quien se refirió como una aparición salvadora al cierre del sigo XX y una nueva esperanza de proyección de la música dominicana, ya que la enseña tricolor ha ondeado altiva por las cuatro esquinas del planeta en sus manos, su voz, su grupo y sus composiciones.

Solano  expresó  que Víctor Víctor, Luis Días y un grupo de compositores de versificación y líneas melódicas  como las del pasado han logrado penetrar en el gusto popular, de acuerdo a las exigencias de este tiempo.  

Aseguró que a Víctor Víctor y a Juan Luis  Guerra se debe la popularidad de la denominada bachata rosa, a la que identifica como un bolero romántico con alegre ritmo.

“Una variante es la constante aparición de merengue de corte romántico en las voces de Eddy Herrera, Rubby Pérez, Fernando Villalona, Sergio Vargas, entre otros. Es como si el autor de baladas y boleros se sintiera obligado a refugiarse bajo las cúpulas comerciales que cobijan las corrientes en mayor boga de corte, casi siempre, alegres y hechas para bailar”, indicó el autor de “Dominicanita”.

LOS 40, EL GRAN AUGE

Para Rafael Solano, la década de los 40 es el período de mayor productividad de música romántica criolla, tras afirmar que a esa época es que pertenecen los grandes autores y las grandes composiciones.

Dijo que Luis Alberti, Salvador Sturla, Luis Rivera, Juan Lockward, Enriquillo Sánchez y Manuel Sánchez Acosta, habían preparado el camino para que muchos jóvenes pudieran demostrar sus condiciones como compositores.

Solano señaló que en las manos de Bullumba Landestoy, Bienvenido Brens, Luis Kalaff, Papa Molina, Moisés Zouain, Bienvenido Fabián, Radhamés Reyes Alfau, Danilo Echavarría y otros más forjaron el estado sólido sobre el cual se sustenta la base de la cultura romántica criolla en el país.

Ubicó el surgimiento de la música romántica dominicana a finales del siglo 19. Definió este estilo como muy melancólico, por la profunda tristeza que tiene en sus letras, y que además supo adherirse a los géneros en boga como el feeling (sentimiento).

Producto de la fusión surgió el “bolemengue”, siendo su principal promotor el pianista Luis Senior. Esto era una mezcla de bolero y merengue.

Aseguró que en el país existió un bolero de corte no comercial, que era casi imposible que una casa discográfica se interesara por lo intelectual de sus letras.

SELECCIÓN DE BOLEROS

Durante la conferencia, Solano se hizo acompañar de Niní Cáffaro, Rhina Ramírez, Julio César Defilló y Fernando Casado, quienes interpretaron una selección de boleros dominicanos.

Los artistas entonaron “Desesperanza”, de Fidel Rodríguez; “Te fuiste”, de Manuel Sánchez Acosta; “Hiéreme otra vez”, de Tony Vicioso; “En dónde estás”, de Luis Senior; “Psicosis” y “Amor y filosofía”, de Manuel Troncoso; “Confusión”, de Víctor Víctor; “Romance bajo la luna”, de Moisés Zouain; “Concierto de amor”, de Nicolás Yabra; “Casita de campo”, de Enriquillo Sánchez; “Por qué no ha de ser”, de Juan Lockward y “En la oscuridad”, de Solano.

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