Rafael Ventura – ¿Es Rafaelito el vice ideal?

Rafael Ventura – ¿Es Rafaelito el vice ideal?

La escogencia como compañero de boleta del experto laboral, Rafael Alburquerque de Castro, por el doctor Leonel Fernández, desveló el secreto mejor guardado en esta resta final de la campaña electoral del próximo mayo, y su sorpresiva selección despertó en la opinión pública estupor, automáticamente reacciones en pro y en contra, colocó el tema en primerísimo lugar de la automizada agenda política nacional, que se desarrolla en el marco de una profunda crisis aconómico-social.

Es decir, desde el punto de vista del marketing político, esperar que llegue «a la curvita de la Paraguay» para escoger el acompañante, Leonel Fernández impactó de tal manera que se anotó el primer tanto. El debate público de sí fue buena o fue mala la escogencia le da una permanencia más larga al tema, permite dar respuesta a la interrogante y lo otro es asunto de programa electoral y de dar a conocer la bondad del candidato vicepresidencial.

Contribuyó sobremanera a la división de las opiniones fuera y dentro del PLD la «filtración» de nombres de posibles candidatos intra y extrapatido, y estos nombres publicitados por los medios de comunicación y el rumor de «radio bemba» atomizó el tema de tal manera que todo el mundo tenía «su» candidato favorito, y al desaparecer la equidad, la justeza, la mesura y la objetividad se contaminó la escogencia entre los barajados.

Aunque escuché a varios connotados dirigentes peledeístas decir en programas de televisión que ya Leonel Fernández tenía seleccionado al compañero de boleta, creo que este panorama de especulaciones públicas, unida a las excepcionales condiciones de los posibles acompañantes, determinaron a último momento el sorpresivo giro del candidato presidencial peledeísta.

La división política cuando no está provocada por razones ideológicas, la motivan los intereses políticos o grupales; e independientemente de las virtudes de los hombres cuando los intereses políticos entran en conflictos pueden ser dañino para cualquier proyecto político.

Como no somos almohada para consultar la intimidad nunca sabremos las razones ciertas que tuvo Leonel para escoger a Rafaelito Alburquerque como candidato a la vicepresidencia, más conociendo la calma y mesura que viene a su joven edad desarrollando el ex presidente originario del sector de Villa Juana, lo que en este sentido lo proyecta como un émulo del doctor Balaguer. Pero si dejamos atrás nuestro propio «yo», y nos acercamos aunque sea aproximadamente a lo que pasaba por la mente cuando tenía la difícil encomienda de seleccionar el segundo a bordo de buque presidencial, y con las condiciones atenuantes señaladas anteriormente, la presión que sintió le subió la caldera de vapor al grado más elevado.

Me imagino que el doctor Fernández en ese momento se sintió como el sultán aquél, del cuento del humorista mexicano Berdaguer»: tenía 40 esposas, sabía lo que tenía que hacer, pero no sabía por dónde empezar.

Viene al caso recordar un hecho de la política norteamericana. El Partido Demócrata, después de gobernar con los presidentes Kennedy y Johnnson en la década de los 60` estuvo fuera del poder, por falta de un liderazgo sólido, casi dos décadas. El dominio del Partido Republicano fue sucesivo con los presidente Forx, Nixon y el ranchero actor de Hollywood Ronald Reagan, estos dos últimos por dos períodos sucesivos. Los demócratas lanzaron como candidato al desconocido plantador de manís de Atlanta, Jimmy Cartera. Los electores estadounidenses se preguntaran «who`s Jimmy?» («¿quién es Jimmy»). Los demócratas convirtieron esta interrogante en eslogan de campaña, dando a conocer al candidato, su programa electoral y rescataron la presidencia de los Estados Unidos para su partido político.

Aunque en el caso de Rafaelito Alburquerque no hay que hacer el esfuerzo extremo de los demócratas norteamericanos, sí es necesario contestar la interrogante de los electores que no le conocen, sobre todo, de las nuevas generaciones, y con el formidable portafolio que exhibe, de brillante profesional, hombre probo, político capacitado, de inmensos servicios a la patria… lo demás marchará por sí solo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas