Rafael Correa dice que mayoría de prensa latinoamericana es «muy mala»

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QUITO, (AFP).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró que la mayor parte de la prensa latinoamericana es «muy mala» y cargó contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su discurso de posesión este viernes para un segundo mandato de cuatro años. «La prensa latinoamericana, con las honrosas excepciones de siempre, es mala, muy mala», dijo Correa tras ser investido en la Asamblea Nacional (legislativo).

El mandatario izquierdista, enfrentado con los grandes medios privados de su país a los que acusa de intentar desestabilizarlo, añadió que «una prensa libre es vital para la democracia, pero una prensa mala es mortal para esa misma democracia».

Correa denunció ser víctima de un permanente «linchamiento mediático», como según él también lo sufre la mandataria de Argentina, Cristina Kirchner, y lo experimentaron los fallecidos gobernantes de ese país, Néstor Kirchner, y de Venezuela, Hugo Chávez.

«No han podido ni podrán con nuestra integridad, no pudieron frente a la de Néstor Kirchner, la de Hugo Chávez, no podrán contra la de Cristina Kirchner», afirmó. El presidente ecuatoriano atribuyó esos ataques al hecho de que en su país «ya nadie puede estar por encima de la ley», lo que según él tiene enfadados a los «poderes fácticos que nunca la respetaron», como un sector de la prensa al que acusó de hacer activismo político.

Asimismo cuestionó el papel de algunos medios latinoamericanos durante las dictaduras militares de los años 1970 y 1980, indicando que fueron cómplices de los abusos de esos regímenes contra los derechos humanos. «Los grupos que apoyaron a tantos genocidas, sus medios de comunicación, son los que nos hablan frecuentemente de derechos humanos.

Saben que nadie va a aguantar las botas de las dictaduras y por eso inventan medios más sutiles para continuar oprimiendo a nuestros pueblos», dijo. En ese contexto, Correa criticó a la CIDH, frente a la cual su gobierno promueve una reforma para la que la sede cambie de Estados Unidos a un país de la región que haya suscrito la Convención de Derechos.

Washington no ha ratificado ese instrumento, por lo que Quito también cuestiona que la CIDH, y en particular su relatoría para la libertad de expresión, reciban financiación estadounidense y extrarregional. La CIDH «cumplió un papel histórico, de inmenso valor, en los procesos contra las dictaduras militares.

Sin embargo, ahora que nuestros países están en una importante proporción dirigidos por gobiernos de enorme legitimidad, a esos gobiernos se los trata muchas veces peor que a esos regímenes dictatoriales», expresó.

Correa acentuó sus críticas contra la CIDH luego de que ese organismo concediera medidas cautelares al diario ecuatoriano El Universo, al que ganó una demanda por injuria el año pasado.

El fallo condenó a tres años de cárcel y al pago de 40 millones de dólares a tres directivos y un exeditor del periódico, pero Correa les extendió un perdón que fue aceptado por la justicia, que archivó la causa.

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