El ex secretario de Cultura, Tony Raful, en una carta enviada al director del HOY, señor Mario Alvarez Dugan, negó que haya dejado esa cartera en un desorden, como denunciara el actual secretario, José Rafael Lantigua, conforme a una versión recogida por este diario en su edición de ayer.
Raful afirma también que no hubo nada oscuro ni improcedente, en la asignación en los trabajos de arreglo de las instalaciones del aire acondicionado del Teatro Nacional y que las numerosas cuentas que hubo en esa Secretaría, obedecieron a un proceso de descentralización.
A continuación el texto de la carta:
Distinguido señor director:
«En relación con una nota informativa aparecida en su prestigioso diario, suscrita con la firma del periodista Manasés Sepúlveda, se le atribuye al actual secretario de Estado de Cultura, Lic. José Rafael Lantigua, haber dicho que halló un desorden en Cultura, así como un conjunto de afirmaciones que no son correctas, y que pasamos de inmediato a corregir. No es cierto que se gastaron ocho millones en compra de acondicionadores de aire para el Teatro Nacional que no existen. Se gastaron ocho millones en reparaciones del único aire acondicionado dañado que corresponde a la sala principal Eduardo Brito. Estas reparaciones se hicieron en dos partidas, cuya fase final de trabajo debe ser entregada a las actuales autoridades la semana entrante. Solamente cuando la compañía asignada para hacer las reparaciones entregue sus trabajos, se podría evaluar la calidad del mismo».
«No hubo nada oscuro ni improcedente en la asignación de los trabajos de reparación, ya que el presupuesto original de arreglo de las instalaciones del aire acondicionado, en octubre ascendía a más de 14 millones de pesos y posteriormente se elevó a varios millones más por la subida de la prima del dólar en el mercado, lo que obligó a optar por dichos trabajos parciales, ante la incapacidad económica de conseguir los fondos que se requerían en el mes de diciembre del año dos mil tres».
«No es correcto afirmar que había treinta choferes para un sólo vehículo. Debido a las limitaciones de vehículos, la Secretaria de Cultura asignó a cada uno de los subsecretarios de Cultura, así como a los diferentes directores internos de la misma, un chofer, lo cual, según datos a mano, ascendió a quince choferes. El hecho de que estuviesen en la nómina de transporte, existiendo solamente dos o tres vehículos, no significa que no trabajaban, sino que lo hacían para los diferentes funcionarios».
«Las numerosas cuentas de bancos obedecieron a que cada institución de Cultura, y son numerosas, poseían una cuenta dentro del proceso de descentralización, de la misma manera que autorizada por la Contraloría General de la República, se abrieron cuentas para cada uno de los eventos importantes realizados por nuestra gestión, como la Feria del Libro, Foro de Ministros, Plan Decenal, etc. La imposibilidad de girar sobre esas cuentas se debe a un mecanismo administrativo de cambio de firmas que se lleva algunos días».
«Creo, sinceramente, que el Lic. Lantigua recibió informaciones incompletas. Nosotros reiteramos nuestra decisión de apoyar su gestión. Creemos que se trata de la mejor designación posible en el área de la cultura. Sus planes y proyectos contarán con nuestro apoyo incondicional. Lo conocemos bien y podemos dar testimonio de su honradez y claridad de miras. Que cuente con nuestra colaboración en el presente y el porvenir».
Atentamente,