Raíces

Raíces

POR EDGAR REYES TEJEDA
Me parece que la existencia de una emisora con la calidad de contenido de “Raíces”, es un aporte significativo al mejoramiento de los referentes estéticos de la colectividad dominicana.

Esta excepcional propuesta pone en los oídos de la radioaudiencia nacional, gracias a su extraordinaria cobertura, una oferta musical de primera magnitud que enriquece el conocimiento y la sensibilidad artística del enorme público que eventualmente puede entrar en contacto con ella, y que podría poco a poco ir suplantando sus preferencias, hasta ahora mayoritariamente inclinadas a una música de contenido literario y sonoro bastante pobre, por otras de mayores niveles artísticos.

Me gustaría que a esta excelente programación se le añadieran espacios hablados en donde se difundiera la literatura dominicana a través de adaptaciones radiales de cuentos, novelas y obras dramáticas de escritores y escritoras dominicanas, lecturas de poemas y exposiciones amenas y concisas de diversos aspectos de nuestra cultura artística, científica y folklórica. Creo que esto complementaría notablemente la ya admirable contribución de este canal radiofónico a la elevación espiritual e intelectual de nuestra sociedad.

Una emisora como esta, que surge y se mantiene gracias a la visión y proyección cultural de sus patrocinadores, el Grupo León Jimenes, puede perfectamente acometer esta formidable tentativa de difusión cultural masiva, desdeñada o pospuesta por otras instancias bajo el pretexto de que una aventura de tal envergadura y trascendencia no contaría con los recursos necesarios, en virtud de que supuestamente “la cultura no vende”.

OTRA VEZ EL MERENGUE

En un encuentro de reflexión regional acerca del merengue, en el cual participé recientemente por invitación de la Secretaría de Cultura y del Centro León, los grupos de estudios coincidieron en el criterio de que los medios de comunicación, (se hizo énfasis en la radio), contribuyen muy poco a la orientación de la comunidad en torno al carácter de elemento de identidad nacional que tiene este festivo ritmo criollo.

Directores de academias musicales, gestores culturales, directores de teatro y de grupos folklóricos de las provincias Santo Domingo, San Cristóbal y Monte Plata, así como del Distrito Nacional, señalaron la pobreza musical y lírica del merengue que se difunde hoy en día, se quejaron de que las emisoras den escaso espacio a este ritmo y que esta limitada cuota sea ocupada por muestras en su mayoría deplorables, identificando como causa fundamental de este fenómeno la consolidación de la payola, que impone al público merengues inestéticos e insulsos, privándolos de mejores opciones que no tienen cabida en las programaciones manipuladas o simplemente no se fraguan por falta de estímulos.

FUERA DEL AIRE

Leyendo algunas crónicas acerca de las interioridades de la gala de nominaciones de ACROARTE, en las que se relatan entre otros sucesos nimios o pintorescos, el desmedido y atropellante afán de figuración de cierta presentadora de un famoso meridiano, quien pugnaba a brazo partido por coger cámara, en franca contraposición a la tímida y apacible sencillez de Juan Luis Guerra, que con naturalidad y desenfado, incluso se sentó en el piso, no pude evitar que afluyera a mi memoria aquella magnífica frase de una monarca húngara, según la cual “La estupidez se sienta siempre en la primera fila, para ser vista, la inteligencia en la última, para ver”.

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