En la República Dominicana lo que hace falta es “manos duras, sin dictadura” para acabar con la corrupción, la impunidad y la inseguridad ciudadana, proclamó ayer el aspirante presidencial Ramfis Domínguez Trujillo, tras dejar inaugurado el local de su comando nacional de campaña en el Distrito Nacional.
El nieto del dictador Rafael Leónidas Trujillo afirmó que, de llegar al poder, lo primero que haría es dictar una orden ejecutiva de impedimento de salida a todos los funcionarios actuales hasta ser investigados sobre los bienes que poseen.
Una vez llegue a la Presidencia de la República, dijo, crearía una comisión independiente de abogados y ciudadanos para revisar el expediente y los bienes de todos los funcionarios y quienes hayan incurrido en malversación de fondos serían sometidos a la justicia, condenados y despojados de los bienes sustraídos.
Señaló que como en la reforma penitenciaria los reos van a trabajar, verán todos los funcionarios corruptos asfaltando las calles y trabajando para limpiar la ciudad para que no roben el dinero del pueblo.

Manifestó que la meta en mayo del próximo año es sacar al Partido de la Liberación Dominicana del poder a cómo de lugar, por lo que apuesta a una gran alianza para lograrlo.
“Lo que sí puedo garantizarle a todos es que cualquier apoyo que nosotros consideremos que debemos dar en su momento no será para buscar prebendas, cargos ni dinero ni nada, sino el bienestar de la Patria”, dijo Domínguez Trujillo.
Considera que en este caso las alianzas irían hacia su candidatura por considerarla la de mayor oportunidad que tienen los dominicanos para cambiar la forma de gobernar.
Informó que ya su proyecto cuenta con alrededor de 60 locales en todo el país, así como casi medio millón de militantes en el padrón, requisitos que exige la Junta Central Electoral para avalar las candidaturas.