Todos los precandidatos presidenciales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) enfocaron el proselitismo interno en el marketing político y la comunicación pero se olvidaron del neuromarketing en la persuasión, según el politólogo Belarminio Ramírez.
En su libro Neuromarketing político y liderazgo: ¿Cómo ser un líder empático?, el autor considera el neuromarketing como un matrimonio entre el marketing y la neurología, la ciencia del cerebro.
Mientras expertos en esa materia lo definen como una disciplina avanzada que investiga y estudia los procesos cerebrales que explican la conducta y la toma de decisiones de las personas en los campos de acción del marketing tradicional.
Para Ramírez los aspirantes a la Presidencia por el PLD en el proceso interno de esa organización, en el 2016, cometieron el error en entrar en la batalla por demostrar quién reunía a más dirigentes en las provincias y municipios y no mezclaron los encuentros con una agenda social, cultural y deportiva, buscando humanizar los productos.
Cita en su libro a Reinaldo Pared Pérez, a quien considera el heredero natural de Danilo Medina, que no pudo recibir la herencia; Francisco Javier García, el puente entre danilismo y el leonelismo que no pudo ser instalado; Temístocles Montás, el verdugo haciendo leña del árbol caído; Radhamés Segura, el dirigente sin carisma que insiste en ponerse la ñoña; y Margarita Cedeño, en el medio entre Leonel Fernández y Medina.
Morillo sostiene que esos precandidatos, aunque congregaron a importantes grupos de dirigentes en los municipios y las provincias, no lograron posicionarse en el corazón del pueblo. Hicieron encuentros políticos en ausencia de marketing social.
“Todos los aspirantes, sin excepción, tienen buen currículo, reúnen formación académica y experiencia de Estado, pero quizás la población no se ha puesto en ellos porque no perciben el don, la sabiduría y el aura que debe tener un liderazgo para que la mayoría de un pueblo lo escoja como guía”.
Señala que frente al éxito de las gestiones de Leonel y Danilo a los liderazgos de su generación les será difícil crear una visión de futuro con un toque particular que concite interés igual o superior que las de sus antecesores del PLD.
Reinaldo con madera pero.. Señala que el mercadeo de Pared Pérez tiene como trabajo psicológico que la población lo percibe como elitista en el comportamiento y el vestuario. Deja entrever que su carrera política y profesional se ha desenvuelto en ausencia de un plan estratégico de marketing personal.
Francisco, el puente pero.. Sostiene que García se presentó como un puente entre danilismo y leonelismo, lo que fue inteligente de su parte. A pesar de reunir a muchos dirigentes tenía en su contra una percepción: las mayorías de los peledeístas pensaban que era imposible que fuera empoderado por Leonel o por Danilo, ya que ambos en caso de no ser ellos tendrían otros pupilos. Tenía ausente un plan estratégico de marketing personal, se enfocó en el puesto mientras descuidó el trato con la gente.
A Temo le faltó ganar empatía. El autor dice que Montás no se percató que aunque su discurso en contra de Leonel le ganaba comentarios positivos en algunos sectores, sin embargo se cerraba toda posibilidad de crecer. Es el más intelectual entre los precandidatos pero no tuvo empatía.
Segura sin perfil presidencial. Para Ramírez Segura es un dirigente valioso y respetado en la familia peledeísta pero el electorado aún no lo perciben con perfil presidencial. Es buen gerente y buena persona pero tiene un déficit de empatía.
Margarita con trabas. Con relación a Cedeño, vicepresidenta de la República, el autor dice que la dama tiene un liderazgo bien posicionado. Sin embargo tiene la traba para ascender de que su esposo Leonel está interesado en retornar a la Presidencia y su entorno no tiene aún la mirada puesta en ella. El estar en medio de Leonel y Danilo es un privilegio y al mismo tiempo una barrera.