Ramón Francisco, mentor de la promoción de escritores de 1960

Ramón Francisco, mentor de la promoción de escritores de 1960

Ramón Francisco

Por: Guillermo Piña Contreras
5. La promoción de relevo
De los 14 ensayos de Critic-a-demás solo “Pedro Peix y de la importancia actual de la narración”, “Apuntes para la presentación de un libro de poemas” y “Anuncio la epopeya Tony-Ca” no conciernen a escritores de la generación del 60, pues, así como la Guerra de 1965 los había unido, según Ramón Francisco, el mismo acontecimiento los había separado. Miguel Alfonseca, por ejemplo, perdió el interés por la poesía y tomó otro rumbo, como expresa en la entrevista que le hiciera para Doce en la Literatura dominicana: “La transformación se debe a que, de golpe y porrazo, de buenas a primeras, fui descubriendo que las cosas no eran como yo había creído y como me lo habían hecho creer y como todavía la mayoría de la humanidad cree. Entonces como no pensaba que fuera así y sobre todo a la luz de nuevas enseñanzas, enseñanzas que cambiarían mi concepción del hombre y del universo, y, por lo tanto, del arte, la literatura, la ciencia, etc. Si algo he tenido es no traicionarme, no escribir una poesía que no refleje mi vida; pues no tiene sentido estar escribiendo poesías de protesta social, cuando lo que se producía en mí era la búsqueda profunda de categoría y de conocimiento y del hombre que era mucho más lejos que lo puramente fenoménico, aun cuando tenga sus efectos sobre el mundo de los fenómenos. Hubo una transformación de valores grande, tan grande que realmente no es lo mismo: el de antes y el de ahora”.

En “Reflexiones sobre unos manuscritos” tras la trágica muerte de René del Risco en diciembre de 1972, recorre con nostalgia la obra narrativa de René del Risco, evoca las reuniones de El Puño y reconoce la maestría con que el escritor fallecido elabora sus cuentos y relatos. A partir de este trágico acontecimiento Ramón Francisco amplía el espectro de su análisis literario a escritores posteriores a los del 65, particularmente al cuentista Pedro Peix y al poeta Tony Raful con la finalidad de mostrar que estos autores eran una prueba fehaciente del nuevo rumbo que había tomado la Literatura dominicana.

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En efecto, en “Pedro Peix y de la importancia actual de la narración” escribe: “Es a partir de 1965 que aparecen en nuestra literatura obras que intenten explicar nuestros orígenes a través de los grandes acontecimientos que hemos vivido, como medio para explicarnos a nosotros mismos. Los pueblos siempre narran después de las guerras. La revolución mexicana, por ejemplo, todavía continuaba dando obras de valía en la década de 1950. El acontecimiento de la guerra tuvo mucho que ver con nuestro afán de narrar, de decir ese “algo” de que venimos hablando y de decirlo en forma épica” (pp.345-346); en “Anuncio la epopeya Tony-Ca” vuelve con la Guerra de Abril del 65 y su presencia en los nuevos escritores: “Toda esta esperanza parte de abril, parte de la guerra que vivimos y que despertó la conciencia de muchas personas en el país. Cuando este acontecimiento ocurre, el poeta [Raful] vive sus años de adolescente y a fuerza de este tiene que despedir a estos años. Así lo hace en el poema inicial del libro que titula ‘Despedida de adolescentes’” (p.405).

Por otra parte, en la presentación de las novelas De abril en adelante y Las devastaciones de Marcio Veloz Maggiolo y Carlos Esteban Deive, respectivamente, como en el prólogo a Son guerras y amores de Freddy Gatón Arce, tienen de particular introducir en la crítica literaria dominicana un nuevo enfoque acorde con los nuevos tiempos, y dentro del estudio de la poética como anuncia en el ensayo inicial de Critic-a-demás: “El pensamiento y la expresión poéticos”.

“De la aldea, de los trenes y del éxodo, o sea, un análisis (y) una épica”, el exhaustivo estudio de este importante poema en la obra de Gatón Arce, Francisco luce sus amplios conocimientos del análisis poético, penetrando en el interior del poema y descubriendo aspectos de la poesía de Gatón Arce como “¿Es este poema [¿Son guerras y amores] corolario de toda la obra anterior del poeta, más bien?” (p.270). Porque está demostrado que, por extraño que parezca, un autor siempre gira en torno a su obra anterior. Así el crítico hurga en lo profundo del extenso poema de Gatón Arce.

Debo señalar también los interesantes estudios de las novelas De abril en adelante y Las devastaciones en que Francisco expone su opinión sobre la tradición novelística, para la primera; y algunas hipótesis sobre la novela dominicana para la segunda. Critic-a-demás no es excluyente, igualmente se interesa en poetas que no pertenecían a las capillas literarias que dominaban en Santo Domingo en los 80 como la presentación de los poemas de Nemem Michel Terc, por ejemplo. Sin olvidar el análisis de la extraordinaria investigación arqueológica de Marcio Veloz Maggiolo Vida y cultura en la pre-historia de Santo Domingo: “Se trata”, escribe Francisco, “del libro más reciente [1980] de Marcio Veloz Maggiolo. He encontrado en sus páginas lo que, en mi opinión, se acerca más a la descripción de lo que fue el sistema de aprendizaje en la sociedad indígena de esta isla” (p.390).

Aprovecha la presentación de Luz herida de Rodolfo Coiscou Weber, en tanto historiador de la literatura dominicana de finales de siglo XX, para rememorar su debut en la literatura.

Critic-a-demás es un balance de tres décadas de historia literaria dominicana y, al mismo tiempo, el volumen que cierra los postulados que Ramón Francisco había expuesto en su Literatura dominicana 60 que concluiría, como veremos en nuestra próxima entrega, con Sobre arte y literatura.

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