Ramón Marrero Aristy
El gran novelista, autor de “Over”, nació hace 100 años

Ramón Marrero Aristy<BR>El gran novelista, autor de “Over”, nació hace 100 años

En la tierra donde vino al mundo, hace un siglo, reinaba gran tensión política porque el país se encontraba en época de elecciones y es tradición que ante esos escrutinios se produzcan mayúsculos revuelos. Un presidente provisional, José Bordas Valdés, gobernaba la República tras bajar del solio presidencial un arzobispo, Adolfo Alejandro Nouel, elevado a esa posición para que impusiera estabilidad y paz.

Ramón Marrero Aristy Beltré nació el 14 de junio de 1913 y aunque fue en San Rafael del Yuma, la comarca no era ajena a ese ambiente convulso y agitado que, paradójicamente, guardaba similitud con el que sería el temperamento del recién nacido.

Igual de inquietos fueron sus días finales. Como revolucionarios eran esos primeros momentos de su existencia, fue su espíritu. Desiderio Arias, Horacio Vásquez, Juan Isidro Jimenes, eran los líderes y aspirantes, algunos con fama de alcistas, conspiradores, sediciosos, traidores.

 Marrero Aristy tuvo entre sus múltiples facetas la de ser periodista y escritor de “altos vuelos”,  quizá por tanta prensa que lo arrulló en su cuna en la que es posible encontrar los duros ataques políticos que se dirigían estos caudillos de manigua. Listín Diario, El Radical, El Novel, El Tiempo, La Actualidad, La Avispa, El Estandarte anunciaban el aumento del acueducto y alumbrado eléctrico, la redacción de la Ley Electoral que pudiera exponer la libre expresión del pueblo por medio del voto; el descubrimiento de minas de cuarzo conteniendo oro, plata, cobre, hierro y otros metales.

Se dictó la ley de Habeas Corpus y en el parque central se ofrecían pasodobles, nocturnos y valses  en retretas que eran deleite entre tantos dimes y diretes de candidatos en campaña con acusaciones impresionantes.

 “Jimenistas netos” proclamaban que contaban con los obreros y con “la llamada despectivamente gente del pueblo”. Se discutía si Bordas podía ser candidato; José Ramón López acababa sin piedad con Vásquez acusándolo de conspirador, y “Nemoroso”, tal vez un pseudónimo, le contestaba: “¿Con que Horacio es un jefe infiel al horacismo? Entonces, Quiquí, ¿qué es? ¿Y Velásquez, qué es?”… 

El país sufría una epidemia de fiebres pero ponía más atención a quién sería el próximo arzobispo tras la renuncia de Nouel, rogando que no fuera cierto el rumor de que en reemplazo vendría un italiano existiendo “curas dominicanos que debían ser obispos para dirigir esta grey”. Pero lo más inquietante parecía ser el proyecto de contrato de ferrocarriles de Santo Domingo al Cibao, al este y al sur, considerado “oneroso”. 

Se insinuaba que con él Bordas favorecía a los jimenistas liderados por Desiderio, a quienes, finalmente, ofreció el control del ferrocarril que cubría la ruta Puerto Plata-Santiago y que había sido soporte económico de la gente de Horacio.

El uno de septiembre de 1913, casi tres meses después de nacido Ramón, los dos grupos se declararon la guerra que se conoció como “Revolución del Ferrocarril” y proclamaron presidente a Vásquez. Bordas salió  a luchar contra los rebeldes y sofocó el movimiento con ayuda de Desiderio. La historia de montoneras y revueltas se prolongó unos años durante los cuales Marrero  se dedicó al estudio, el trabajo, las letras, la lucha por campesinos y obreros.

Basilio el magno, obispo, doctor y confesor, y Eliseo, eran los santos que conmemoraba el santoral  ese 14 de junio de 1913 cuando se asegura que nació el hijo de Oliva Beltré y Juan Bautista Aristy porque son muchas las fechas que se dan de su llegada. Lo crio María Marrero, su abuela paterna, y por eso empezó a firmar Marrero Aristy Beltré, apellido este que suprimió temprano.

El socialismo y las letras. Niño aún lo trasladaron a La Romana donde vivió hasta la adolescencia, cursó la primaria y trabajó en la bodega de comestibles del Central Romana. La estrechez económica de los trabajadores no solo despertó su sensibilidad social y su rebeldía sino que inspiró su novela más conocida y editada, “Over”.

Pero antes, con apenas 13 años, ponía de manifiesto su capacidad creativa con la publicación de sus primeros artículos. La escritura la interrumpió solo con la trágica muerte. Cursó varias carreras en la Universidad pero únicamente concluyó Derecho.

Varios autores  coinciden al afirmar que  era marxista y que se integró al régimen para que “este evolucionara hacia una fórmula  menos autoritaria”. Bernardo Vega apunta que “fue el que más trató de crear una apertura hacia la izquierda democrática” y “pensó que trabajando para Trujillo podía lograr que el régimen evolucionara”.

Se consigna que desde joven estuvo influenciado por autores de esa doctrina.  Definido como “marxista disidente clandestino”, “comunista”, “marxista romántico”, hacia finales de los años de 1930 “formó parte de los pocos núcleos clandestinos existentes y solo comenzó a colaborar con el régimen de Trujillo cuando otro importante intelectual disidente, Manuel Arturo Peña Batlle, decidió en 1941 pasar a servir a Trujillo… Existen fuertes indicaciones de que poco antes de esa decisión, muy deprimido por la falta de salida a la situación política, pensó abandonar el país en una goleta y así pasar del ‘exilio interno’ al externo”, añade Vega. Ocupó desde entonces varias posiciones importantes.

Durante su época de funcionario, logró en 1946 que Trujillo permitiera actuar con libertad a los grupos de oposición. Viajó a Cuba para negociar un acuerdo con el Partido Comunista Cubano. Militantes dominicanos fueron después reprimidos en sus manifestaciones públicas.

En 1957, siendo secretario de Trabajo, escribió un reporte confidencial a Trujillo informándole la explotación de los obreros del café. Y su última actuación liberal, a la que se atribuye su asesinato, fueron las declaraciones que ofreció al periodista Tad Szulc, del New York Times, denunciando la corrupción existente en el gobierno y que el reportero publicó en tres entregas.

La versión más socorrida es la de que fue asesinado el 17 de julio de 1959 en el Palacio Nacional y trasladado junto a su chofer, Luis Concepción, a las lomas de Cazabito, Constanza, para fingir un accidente automovilístico.

“Lo trajeron en un ataúd con ventanilla de cristal, los ojos, la boca, todo, lleno de algodón. ¡Un monstruo!”, declaró en 1989 Belisa Mejía Peña, su viuda. Ella quería que le pusieran su mejor traje blanco, “uno de los que él había comprado en las buenas porque decía que había pasado mucha miseria planchando un solo pantalón”. Le dijeron que no,  por orden superior había que vestirlo de frac. Belisa fue su última esposa y madre de sus hijos Winston y Belisita. Fruto de matrimonios anteriores son Juan Ramón, Claudio y Leo.

Marrero  trabajó en Listín Diario, La Opinión y La Nación, de la que fue director al igual que de la revista “Babeque”. Publicó además de la conocida novela “Over”, “Balsié”, “Perfiles agrestes”, “Trujillo, síntesis de su vida y de su obra”, “La República Dominicana, origen y destino del pueblo más antiguo de América”, “Ensayo” e infinidad de artículos todavía dispersos. Dejó inédito “El camión rojo” en la que el protagonista muere en un accidente automovilístico en “El Número”, camino hacia Azua y que muchos consideran una “novela premonitoria”.

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