Ramón Ortiz

Ramón Ortiz

Ayer escribí que dudaba que el Embajador, Roberto Valentín, fuera capaz de hacer algo que dañara a Danny Almonte. Este es el párrafo que ha causado muchas críticas en su contra.

“Embajador duda que madre de Almonte esté enferma”. Eso es mentira de principio a fin, y así me lo confirmó ayer el propio Valentín.

Contaré la historia como ocurrió, pero aclaro que no me pasó por la mente que fuera capaz de lastimar a Almonte.

El Gobernador de Nueva York, George Pataki llamó a Valentín, hombre de excelentes relaciones, para que visitara a la madre de Danny Almonte.

El viajó a Moca y le preguntó sobre sus dolencias físicas y le pidió documentación que avalara su real estado de salud para hacer un reporte.

Pero al mismo tiempo les advirtió que fueran lo más claro posible para que no tuvieran problemas en el Consulado, algo que ellos agradecieron.

Medios de Nueva York entrevistaron a Valentín y no informaron debidamente. Se escribió: “Valentín duda de la enfermedad de madre de Almonte”.

¿Qué dijo Valentín? Se le preguntó, ¿cómo usted la vio? Y Valentín expresó: “Bueno, yo la vi en buen ánimo y no estaba tan deteriorada”. Esos medios interpretaron que Valentín dijo: “Esa mujer está bien, no tiene ningún tumor”.

A lo que Valentín señala: ¿Si yo no soy médico, cómo puedo dudar de su enfermedad?. Y agrega: “Si no la vi tirada en el suelo y gritando su último adiós, no le podía decir eso a los medios”.

Es decir, en ningún momento, como me explicó ayer, Valentín ha dudado de que la señora Sonia tenga un tumor y que necesite atención.

A Valentín le interesa que Sonia consiga su visa y que nadie dude que hará todo lo que esté a su alcance para ayudar en esa causa. Valentín, ¡gracias por no defraudarme!

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