El estelar lanzador Ramón Ortiz, tuvo una actuación del ensueño, cuando fue el jugador clave para los Tigres del Licey, que habían perdido en la serie final frente a las Águilas Cibaeñas, en el béisbol otoño-invernal, no contaban con su participación en la Serie del Caribe de 2008, celebrada en Santiago, pero el destino les favoreció, pues en ausencia de Puerto Rico, tomó parte como subcampeón y se llevó la corona, triunfo de gran dolor para los cibaeños, pues los felinos lograron el trofeo con el Monumento, el símbolo de los nativos en la Ciudad Corazón y la zona.

Ortiz, se adueñó del box y fue electo en el equipo Todos Estrellas, el lanzador derecho del evento, además el cotizado galardón del Jugador Más Valioso.

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Fue una serie memorable para la historia, pues los dos combinados dominicanos se disputaron la corona, en el juego final, saliendo por la puerta grande el Licey, en un partido de leyenda para el lanzador Ortiz.

El estadio Cibao, hogar de las Aguilas, que habían ganado la corona en el torneo otoño-invernal, se convirtió en un escenario de algarabía y locura por la pasión de los fanáticos, además las miles de personas que siguieron el choque por radio y televisión, siendo uno de los eventos deportivos de mayor interés para todo el pueblo dominicano.

Los Tigres lograron su última Serie del Caribe, para sumar diez. Los campeones contaron con la estrategia de Héctor de la Cruz, quien fue designado mánager en la ronda final, bajo la orientación del empresario y deportista José Manuel -Pepe- Busto, presidente de los felinos para la ocasión y Fernando Ravelo, gerente.

La Serie del Caribe 2008 fue la 50ª edición del clásico caribeño, un evento deportivo. Esta serie reunió a los equipos campeones de los países que integran la Confederación del Caribe: Venezuela, Puerto Rico, México y República Dominicana. Este año no contó con la participación de Puerto Rico, que canceló su temporada de béisbol debido a problemas económicos.

Fue remplazado por el subcampeón de Dominicana.