DAVID LENNON
Newsday
Willie Randolph siempre dijo que iría a ver a José Reyes en la República Dominicana, a lo que Reyes siempre dijo, Lo creeré cuando lo vea.
Pero eso finalmente sucedió este invierno, cuando Randolph fue parte de un contingente de 14 personas que visitó a Reyes en la casa de sus padres.
Los dos intercambiaron mensajes antes de la visita, pero finalmente se concretó la conversación cara a cara entre el torpedero estrella y el dirigente que se considera su fanático número uno.
No fui porque pensé que había un problema, dijo Randolph. Fui porque quería hablar con él y la importancia de que siguiera adelante. No hablamos de lo que pasó el año pasado.
Y lo que sucedió el año pasado fueron lapsus poco característicos para Reyes, en los que no corrió duro y se fue al suelo.
Después de dos fallos publicitados, uno en Houston y otro de nuevo en el Shea, Randolph llamó a Reyes a su oficina y le dejó saber que eso era inaceptable, que estaba defraudándose él mismo y al equipo.
«Me dijo ¿sabes que te quiero? Solo quiero ayudarte a ser el mejor jugador del juego, dijo Reyes.
«Aprecio eso de Willie. Solo trata de convertirme en un mejor pelotero. Cuando se tiene un dirigente así, es un éxito.