Los abogados del famoso rapero estadounidense Sean “Diddy” Combs han solicitado este martes al Segundo Circuito de Apelaciones de los EE.UU. que el artista sea puesto en libertad bajo fianza previa a su juicio, después que un juez le negara el beneficio y lo mantuviera en custodia.
La apelación impugna la decisión tomada por el juez Andrew Carter, que lleva el caso, al ponerse del lado de los fiscales federales que argumentaron que Combs es un peligro para la comunidad y representa un riesgo de fuga, por lo que debería permanecer en la cárcel.
“Mucho antes de su acusación formal el Sr. Combs tomó numerosas medidas para demostrar su fiabilidad y su compromiso de demostrar su inocencia en este caso”, argumentan los abogados de Combs en su apelación en documentos judiciales a los que tuvo acceso EFE.
Esta es la tercera solicitud de los abogados para lograr la libertad bajo fianza del famoso rapero, que se ha declarado inocente de todos los cargos.
Combs está actualmente encarcelado y a la espera de un juicio penal, después de ser arrestado a principios de septiembre y ser acusado de conspiración para cometer crimen organizado y tráfico sexual, entre otros delitos.
Los abogados habían pedido previamente al juez Carter que liberara al rapero con una fianza de 50 millones de dólares y que se le aplicara la detención domiciliaria y se le impusieran límites a las visitas, pero se ha negado.
Carter argumentó que una de sus mayores preocupaciones eran las acusaciones de que Combs había intentado manipular a los testigos que habían sido contactados por los fiscales como parte de la investigación.
En la solicitud de este martes, los abogados insistieron que no había pruebas de que el rapero hubiera tratado de interferir en la investigación penal sobre su conducta.
Combs está detenido en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, Nueva York, donde comparte espacio con el cofundador de FTX, Sam Bankman-Fried.
El cantante, de 54 años, que era investigado por tráfico de personas y abuso sexual, fue arrestado el pasado 16 de septiembre en Nueva York y tras la primera audiencia, el juez determinó que continuara en prisión.
Su arresto ocurrió tras haber recibido durante el último año diez demandas de abuso sexual y violación por parte de diversas mujeres, unas denuncias cuyo número ha ido creciendo.