Rapidez de Google

Rapidez de Google

Internet se ha convertido en la enciclopedia de las enciclopedias. Si usted quiere saber algo sobre un tema o persona, sólo tiene que escribirlo en el buscador de Google o Google Chrome, y, ¡zas! En 0.25 segundos o menos llegan las posibles respuestas, tanto nos hemos acostumbrado a esa deslumbrante rapidez de respuesta que si algo se toma un segundo, casi seguro de que hay algún problema en la computadora o la línea telefónica y la mayoría de los usuarios cambia o empieza de nuevo.

Google no es el único buscador (search engine) que existe pero es el más rápido. ¿Cómo funciona Google que es tan veloz en satisfacer nuestras inquietudes? Lo primero, cuando escribimos la pregunta o el correo en castellano, la computadora lo traduce a lenguaje binario y no sólo eso, sino que además, lo comprime. Nos podemos imaginar que una página la convierte en un paquetico eléctrico el cual impulsa por la línea telefónica. Siendo eléctrico, se traslada a velocidad de la luz.

Nuestra interrogante llega al ISP, a la compañía telefónica que le corresponde, sin embargo, viene encabezada por la dirección a donde va dirigida, como una carta en correos, puede dirigirse a Google u otra: una pregunta o a una persona o empresa si es correo. El encargo va por las líneas troncales y dirigida por “routers” (policías de tráfico)  para mantenerse en la ruta correcta hasta llegar a la dirección que interesa. Si arriba a donde un amigo, el correo ya terminó su camino, no importa que él esté en Alemania.

Si es una de esas preguntas que hacemos a Google, cuando llega a él, comienza todo un proceso súper interesante y único de esa empresa. Consta de tres partes: “Googlebot”, indexación y procesador de la interrogante. Veamos cada una por separado.

Preguntamos: Montaña más alta. “Googlebot” se ocupa de rastrear las redes de Internet, lo hace con dos particularidades que le dan celeridad: una, lee directamente del disco donde se encuentra la información, donde quiera que esté; segundo, esta lectura ocurre en esa página y en todas las demás simultáneamente pues Google está constituido por miles de computadoras económicas en vez de una o dos grandotas, así que cada pequeña se ocupa de una página y reporta si encuentra una de las tres palabras en la página.

En la segunda etapa entra en función el rastreador que es una especie de arañita que camina la página, con la ventaja de que la araña es mandona, en vez de ir a las páginas, manda a buscar las que tienen alguna de las palabras, para leerlas sentada cómodamente.

El siguiente paso es indexar las páginas que se han encontrado con las palabras: Montaña o más o alta, cualquiera de ellas, también las que las tienen todas. Las archiva y anota su localización, el número de su página.

En el siguiente paso, el procesador compara los números de las páginas que contienen palabras y cuando hay tres números iguales, esa página contiene las tres palabras. Cierto, hay muchas páginas con las tres pero se priorizan las que las tienen las tres palabras juntas en el orden de nuestra pregunta.

Acto seguido nos hace llegar las respuestas, para lo cual, éstas se comprimen nuevamente y se reenvían de vuelta hasta nuestro computador que la descomprime y entonces la vemos en la pantalla en castellano.

¡Caramba! ¡Cuántas cosas pasan en 0.25 segundos! ¿Quién dirige todo este proceso vertiginoso? En cada etapa los creadores de Google han dispuesto algoritmos matemáticos maravillosos. Aunque el nombre, algoritmo, es viejísimo, estos son nuevos, una serie de instrucciones muy precisas escritas en lenguaje de las computadoras cuya base como sabemos es el sistema binario, cero o uno.

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