Temístocles Montas está desesperado para que le aprueben el yaguazo fiscal aunque sea con cambios cosméticos. Quiere dejar atrás ese crimen de Estado cometido por Leonel Fernández para engordar el patrimonio de su consorcio político-financiero. 

Por eso apresuran y presionan al Consejo Económico y Social (CES) para que opine sobre la propuesta impositiva, mientras le envían informes sobre la ejecución presupuestaria que no sirve de mucho. También hablan de un probable impago de la deuda pública si la reforma se retrasa y envían la señal, con mucho eco, de que es en el Congreso Nacional donde se debe discutir el presupuesto y el paquetazo.

O sea, quieren sacar de juego al CES, donde no hay ninguna posibilidad de consensuar una reforma integral bajo tanta presión y sin las informaciones necesarias para demostrar que no se requieren mas impuestos si el gobierno hiciera un serio y verdadero ajuste en el gasto.

Por ejemplo, el gobierno alega el yaguazo generará RD$53,000 millones, pero la verdad es que ese monto ronda los RD$70,000 millones. Y Temo lo sabe aunque lo hizo para compensar la tremenda caída en el consumo privado.  

Por el lado del gasto, sucede igual. El CES necesita información veraz de la ejecución presupuestaria y tiempo para analizarla, lo que le permitiría demostrar que se pueden cortar los gastos del gobierno en al menos 80,000 millones (incluyendo subsidio eléctrico) para hacer viable un presupuesto total en el 2013 no mayor de RD$460,000 millones, garantizándole el 4% a educación, sin aumentar impuestos, con un déficit fiscal del 2.5% del PIB y con un ajuste gradual de la tarifa eléctrica del 15%.

Solo basta reducir drásticamente los gastos en prensa y propaganda, tarjetas de crédito, transporte, viajes, viáticos, comunicaciones, nominillas, compras de vehículos, asesorías, decoraciones, regalos, fiestas, gratificaciones, subsidio a los combustibles, sobresueldos, etc. etc. Si hacen eso con firmeza en todos los estamentos del Estado, incluyendo las empresas públicas, podrían ahorrarse con facilidad RD$35,000 millones anuales en gastos corrientes. Otros RD$25,000 millones se obtendrían reduciendo la inversión pública en el 2013 a 4% del PIB y RD$10,000 millones adicionales modificando la ley de capitalización del Banco Central. 

Si después de eso revisan los onerosos contratos de obras firmados por la administración anterior, podrían ahorrarse al menos RD$8,000 millones, eliminando sobrecostos para pagar comisiones. Igualmente, con una mayor eficiencia recaudatoria se podrían adicionar RD$5,000 millones en nuevos ingresos.

Pero dejemos de soñar, ya que los peledeístas no juegan con los intereses clientelistas y financieros de su corporación, por lo que nadie toca esos gastos mientras gobiernen.

La pregunta que viene es ¿quiénes ganarán o perderán en esta batalla legislativa que se aproxima? Si esa reforma fiscal llega al Congreso sin consensuarse en la CES, es como echarles carne fresca a esos rápido$$$$ y furioso$$$$ tiburones del Caribe.

En este laberinto de intereses, no vale la importancia estratégica del turismo y las zonas francas o la sensibilidad del sistema financiero nacional. Aquí vale quien paga protegerse del yaguazo. Ustedes verán como quitan un impuesto por aquí y clavan a otro por allá, todo en base a la capacidad de engrase de cada sector o empresa.

Así terminaremos con otra reforma fiscal al vapor, que por su inmenso tamaño y deformación, creará tanto terror que hará de las películas de Boris Karlof, un cuento de chapulín colorao. Después vendrán 4 años de lloriqueos, huelgas, mítines, marchas y confrontaciones, con decenas de muertos y heridos. A pesar de todo, el PLD volverá a ganar en el 2016, siempre a base de papeleta$$$$$ y yaguazo$$$$$. Acostumbrémonos.