Rarezas de la naturaleza dominicana

<P>Rarezas de la naturaleza dominicana</P>

Las bandadas de pericos citadinos que han tomado por hogar el casco urbano de Santo Domingo y las maravillosas profundidades del Hoyo de Pelempito, en la Sierra de Bahoruco, son algunas de las «Rarezas de la Naturaleza Dominicana» que recoge este año la Compañía Shell en su undécimo calendario ecológico.

Como parte de su tradición educativa en defensa de la biodiversidad local, la Compañía Shell puso igualmente en circulación un videodisco compacto en el que recoge las once producciones de su «Colección Temas Ambientales».

Los calendarios y videodiscos son entregados gratuitamente por Shell a instituciones educativas y medioambientales que persiguen concienciar y educar a la población sobre la importancia de la preservación de los recursos naturales del país. Los audiovisuales y fotografías fueron realizados por el ecólogo y videógrafo alemán Jürgen Hoppe.

«Con estos calendarios y videos, en Shell pretendemos concienciar a las personas sobre el buen uso de nuestros recursos naturales que nos permite asegurar el futuro de las siguientes generaciones, quienes contarán, por ende, con los recursos necesarios para su existencia. Éste es nuestro concepto de desarrollo sostenible», explicó el ingeniero Rafael Maradiaga, representante de Shell en el país.

«Rarezas Dominicanas»

En la portada del Calendario Shell 2006 aparece un Zumbadorcito alimentando a sus crías. Es el ave que pone los huevos más pequeños, de apenas una pulgada y 0.0128 onzas de peso; igualmente es el zumbador de menor tamaño en el mundo, luego de una especie que abunda en Cuba.

La página de enero alegra la mirada con una refrescante fotografía de los pericos de Santo Domingo. Su presencia en el casco urbano de esta ciudad es una rareza, ya que actualmente sólo se encuentran pequeñas poblaciones en la frontera, la Cordillera Central y la Sierra de Bahoruco.

El Cactus de la Montaña Alta es la estampa de febrero. Conocido científicamente como Melocactus praerupticola, se encuentra sumamente amenazado. Su distribución se limita a unos pocos kilómetros cuadrados cerca del poblado de Constanza.

En marzo aparece el Ecosistema del Ébano del Cachote, ubicado en el pequeño poblado de Cachote, en la Sierra de Bahoruco, un magnífico ejemplo de cómo se desarrolla un complejo ecosistema en un solo árbol. En él viven numerosas especies de insectos, aves y reptiles; hongos líquenes y plantas parásitas; orquídeas, bromelias, helechos y lianas.

Propia de la Cordillera Central, la Pingüicola Casabituana o Planta Carnívora de Casabito parece, en la foto de abril, una bromelia, pero es en realidad una planta carnívora que se alimenta exclusivamente de pequeños insectos.

En mayo puede verse a la Ceiba Gigante de Tamboril, una de las más viejas de Las Américas. Su edad se estima en 850 años. Son necesarias 30 o 40 personas para formar un anillo humano a su alrededor. Sobrepasa los 25 metros de altura y tiene un perímetro de 21 metros.

Los fósiles milenarios del Lago Enriquillo, cuyo origen data de 2.500 años, son el remanente de los arrecifes y tobas que murieron por falta de agua al cerrarse una bahía que se extendía desde la bahía de Ocoa hasta más allá de la actual frontera con Haití. Como los muestra la foto de junio, se encuentra en algunas zonas cercanas a la orilla del Lago Enriquillo.

Una impresionante estampa de la Sabana del Silencio acompaña la página de julio del Calendario Shell 2006. Ubicada en la Sierra de Neyba, su origen está bajo investigación. Es la única sabana ubicada en altas elevaciones cubierta de pajones y en medio de un bosque nublado.

El Canal de Catuano, que engalana la página de agosto, divide la península de Yuma de la Isla Saona. Parecido a una laguna marina de poca profundidad, es considerado uno de los ambientes marinos y costeros más conservados del Caribe.

Ubicada en la Ciénaga de Santiago, la Palma Cana de las 14 copas tiene un enorme tronco, subdividido en 14 diferentes troncos individuales, como puede verse en la estampa de septiembre. Tal ramificación, parecida a la de un árbol y causada por variaciones genéticas, es considerada sumamente rara.

Octubre es hermoseado por un primer plano de la Cigua Palmera, ave nacional de República Dominicana no por su belleza o abundancia en tierras bajas, sino porque es sumamente especial: se trata de una de las sólo dos familias de aves propias de la región, la Duldae, de cuya especie es la única representante.

Noviembre trae una fotografía de la Flora Alpina, curiosa vegetación de hierbas y arbustos poco estudiada y de origen indeterminado. Se encuentra en Valle Nuevo y otras zonas altas.

La depresión de forma triangular conocida como el Hoyo de Pelempito es la maravillosa escena dicembrina. Se trata de una falla geológica de siete kilómetros de largo y 2.5 kilómetros de ancho en la Sierra de Bahoruco. Su fondo se encuentra a 348 metros sobre el nivel del mar.

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